El juez federal Norberto Oyarbide estuvo en Salta el miércoles. Esta vez vino por trabajo; otras veces, y con bastante frecuencia, viene por descanso o para visitar familiares (su mamá vive en Guachipas).
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El juez federal Norberto Oyarbide estuvo en Salta el miércoles. Esta vez vino por trabajo; otras veces, y con bastante frecuencia, viene por descanso o para visitar familiares (su mamá vive en Guachipas).
En esta oportunidad fue derecho a Tartagal en el marco de la investigación sobre el manejo de los fondos de las Madres de Plaza de Mayo y Sergio Schoklender. Cerca de la medianoche, volvió a la capital salteña.
Se quitó su impecable traje de juez, lo cambió por los informales jean y remera, y se fue de peña. En la cena por los 59 años del boliche Balderrama lo esperaba una mesa. Allí se instaló para sorpresa de todos, con un par de asistentes (un hombre y una mujer) y una decena de policías federales.
Vinito blanco mediante, cenó con sus acompañantes, hizo palmas, se divirtió, saludó a los músicos, se fotografió con todos los que quisieran y a la madrugada abandonó el lugar, distendido, relajado. Seguramente ayer regresó a la Capital Federal.
Tenía reloj y pulseras de oro (se pueden ver en la foto), pero nadie le vio puesto el ya célebre anillo de 250 mil dólares. Quizás no lo usa para todo andar. Quizás lo reserva para ocasiones especiales...