Merlina, la pequeña wichi de ocho años, a la que abandonó su madre y en el camino se llevó el ingreso de la pensión que recibe por su enfermedad neuronal, está en problemas. A pesar de la solidaridad de muchos salteños que le reconstruyeron la habitación que compartía con sus tres hermanitos, para que puedan contar con cocina, baño y una cama para Merlina, la burocracia de la salud tiene acorralada a la aborigen de Rivadavia Banda Norte.
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Merlina, la pequeña wichi de ocho años, a la que abandonó su madre y en el camino se llevó el ingreso de la pensión que recibe por su enfermedad neuronal, está en problemas. A pesar de la solidaridad de muchos salteños que le reconstruyeron la habitación que compartía con sus tres hermanitos, para que puedan contar con cocina, baño y una cama para Merlina, la burocracia de la salud tiene acorralada a la aborigen de Rivadavia Banda Norte.
Ayer, por primera vez, Merlina tuvo su primer diagnóstico médico. Se descubrió que tiene “ecne cuadripresia espástica microcefálica”. El Tribuno la conoció el día de su cumpleaños, el 18 de noviembre, cuando estaba al cuidado de su hermana mayor Francisca, mientras su padre hacía changas para llevar comida a la casa. Su papá es Daniel Gutiérrez y sigue sin poder cobrar los $900 de la pensión por invalidez que le corresponde a Merlina. Pero lo más urgente es que desde su llegada a Salta esta semana, Merlina no pudo realizarse los estudios que le pidieron sus médicos y hoy se podría volver al chaco salteño con las manos vacías.
“El Nuevo Hospital del Milagro se niega a realizarle los estudios médicos. Dicen que en la Anses figura que Merlina tiene obra social, aunque nadie puede saber cuál es porque la madre abandonó a toda la familia y se llevó todos los papeles. Para ellos se tiene que hacer cargo la obra social y hasta que no se haga de esa forma no podrán hacer ningún estudio”, le dijo a El Tribuno la responsable del área de Desarrollo Humano de Morillo, que acompaña a Merlina.
“Lo mismo sucede con los organismos que tienen que devolverle la pensión por invalidez a Merlina. Nos dicen que sin la madre, que es la titular, no se pueden hacer los trámites”, agregó la asistente social que acompañó a la capital provincial a un grupo de ocho chicos con capacidades diferentes, que tenían turnos programados en distintos centros de salud. Hasta hoy al mediodía estarán en la casa de Alvarado 116.
La neuróloga que atendió a Merlina solicitó que se le realice una tomografía computada y una serie de estudios cardiológicos y genéticos. Pero hasta el momento, la trabajadora social del municipio vio frustrados todos sus intentos por realizar los estudios requeridos. “Es crítica la situación. No podemos seguir deambulando para todos lados con Merlina y su papá. Lamentablemente nos volvemos con las manos vacías”, agregó la asistente.