María Esther Terraza es una enfermera profesional y asistente gerontológica que, marcada por la historia de su papá, quien sufrió de una grave enfermedad, dedicó su vida a la atención de abuelitos con distintos problemas de salud. Tanto es así que puso un hogar, que funciona de manera privada y en donde viven 10 abuelos y trabajan 5 personas. Casi la totalidad de los que viven en el hogar sufren de alguna patología.
Algunos son hemipléjicos, autistas, presentan un retraso madurativo o enfermedades como alzheimer y parkinson. Otra vez, del diálogo de El Tribuno con el responsable del hogar, María Terraza, en este caso, se oyen las mismas palabras: “La necesidad más grande de los abuelos tiene que ver con la contención del entorno familiar”, puntualizó. Y agregó: “Con los años de experiencia que tengo de trato con los abuelos puedo decir que lo más triste es ver cómo la familia se despoja de ellos y, en muchos casos, hasta se quedan con la plata de su jubilación”.
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María Esther Terraza es una enfermera profesional y asistente gerontológica que, marcada por la historia de su papá, quien sufrió de una grave enfermedad, dedicó su vida a la atención de abuelitos con distintos problemas de salud. Tanto es así que puso un hogar, que funciona de manera privada y en donde viven 10 abuelos y trabajan 5 personas. Casi la totalidad de los que viven en el hogar sufren de alguna patología.
Algunos son hemipléjicos, autistas, presentan un retraso madurativo o enfermedades como alzheimer y parkinson. Otra vez, del diálogo de El Tribuno con el responsable del hogar, María Terraza, en este caso, se oyen las mismas palabras: “La necesidad más grande de los abuelos tiene que ver con la contención del entorno familiar”, puntualizó. Y agregó: “Con los años de experiencia que tengo de trato con los abuelos puedo decir que lo más triste es ver cómo la familia se despoja de ellos y, en muchos casos, hasta se quedan con la plata de su jubilación”.