Ataviado con un sombrero de cuero, buzo de llama y botas de goma, Martín Farfán (48) observaba, a través de binoculares, la zona cordillerana, horas antes de que fuera rescatado su primo Calixto.
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Ataviado con un sombrero de cuero, buzo de llama y botas de goma, Martín Farfán (48) observaba, a través de binoculares, la zona cordillerana, horas antes de que fuera rescatado su primo Calixto.
“Es una zona complicada esta. Los cerros te juegan una mala pasada siempre. Hay lajas y es complicado trasladarse y escalar por ahí”, contó el hombre a El Tribuno.
“Aquí vivimos de la cría de cabras. Calixto es mi primo y todos los fines de semana de su vida baja hacia el pueblo (Campo Quijano) para vender sus productos. Este domingo, al regresar con los víveres para la semana, nos pusimos a charlar cerca de las 18 y después siguió su camino habitual, con sus caballos”, recordó.
“Me sorprende que le haya pasado esto justo a él, porque es una persona que conoce el lugar como nadie y tiene una fuerza increíble, con decirles que parece veinte años menor; pero, como dije anteriormente, no hay que confiarse de la montaña, porque es traicionera”.
Martín Farfán reside en una pequeña vivienda del paraje El Alisal, ubicada a metros del campamento que tiene la empresa Pigé, encargada del mantenimiento de la ruta nacional 51 y que justamente ayudó a abrir el camino por la cascada para que los vehículos pudieran acercarse lo más posible al área del accidente y hacer base allí.
El baquiano también comentó que los residentes del lugar siembran maíz en la cima de la montaña, donde Calixto tiene su vivienda.
La vida de los lugareños es bastante especial, ya que suelen dedicarse a sus tierras durante toda la semana y recién bajan los sábados y domingos a Campo Quijano, ubicada a 15 kilómetros del paraje, donde comercializan sus productos.
Por último, Martín Farfán aseguró: “Lo que le pasó al policía Sajama, quien se cayó al precipicio, es una muestra de lo que sucede en la zona. Nosotros siempre aconsejamos a las personas que no son de acá que traten de no escalar estas montañas. Es una lástima que se haya lesionado; pero, afortunadamente, pudo ser rescatado por un joven (Daniel Reyes), que es de los nuestros”.
El hombre avisó a Defensa Civil por un sistema de radio cuando se enteró de la búsqueda de su primo. A las dos horas, un helicóptero pudo rescatar a Calixto. Y hubo final feliz.