Un joven de 38 años se encuentra internado en coma desde el 4 de mayo pasado luego de que le pegaran seis balazos en un intento de robo, y por su condición de testigo de Jehová se niega a recibir transfusiones de sangre necesarias para poder vivir. Y según se conoció esta tarde mejoraron sus signos vitales, aunque continúa grave.
El hecho generó polémica incluso en la propia familia del joven Pablo Albarracín, quien manifestó cuatro años atrás en un documento que se oponía a recibir transfusiones de sangre debido a su fe religiosa.
No obstante, el padre de Albarracín se mostró en desacuerdo con la decisión de su hijo, y si bien ahora hay una leve mejoría en su salud "la transfusión es necesaria para una mejor calidad de vida".
"La meningitis está controlada pero tiene la hemoglobina y el hematocrito en niveles bajos", contó Jorge en declaraciones a la prensa.
Ante la prensa, el padre de Albarracín manifestó: "prefiero que se salve y se enoje, aunque el día de mañana no me salude".
El 4 de mayo pasado, Albarracini, de 38 años, ingresó a la Clínica Bazterrica con pérdida de masa encefálica e impactos de bala tras sufrir un intento de robo.
El hecho que tuvo como víctima a Albarracín ocurrió en San Justo, cuando fue sorprendido por dos menores de edad en momentos en que intentaba subir a su vehículo para ir a trabajar.
Luego de obligarlo a punta de pistola a manejar, hubo en el interior del vehículo un forcejeo, y Albarracín recibió en total seis disparos: uno en la cabeza y los otros cinco en el cuerpo.
Al quedar internado, un fallo judicial habilitó que pese a la decisión adoptada por el paciente de antemano, recibiera las transfusiones de sangre necesarias habida cuenta que en el estado en que estaba no puede tomar decisiones propias.
Pero la mujer de Albarracín, también Testigo de Jehová, se opuso y se inició una polémica aún vigente, que continúa luego de que se encontrara apelada la decisión judicial tomada en primera instancia.
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Un joven de 38 años se encuentra internado en coma desde el 4 de mayo pasado luego de que le pegaran seis balazos en un intento de robo, y por su condición de testigo de Jehová se niega a recibir transfusiones de sangre necesarias para poder vivir. Y según se conoció esta tarde mejoraron sus signos vitales, aunque continúa grave.
El hecho generó polémica incluso en la propia familia del joven Pablo Albarracín, quien manifestó cuatro años atrás en un documento que se oponía a recibir transfusiones de sangre debido a su fe religiosa.
No obstante, el padre de Albarracín se mostró en desacuerdo con la decisión de su hijo, y si bien ahora hay una leve mejoría en su salud "la transfusión es necesaria para una mejor calidad de vida".
"La meningitis está controlada pero tiene la hemoglobina y el hematocrito en niveles bajos", contó Jorge en declaraciones a la prensa.
Ante la prensa, el padre de Albarracín manifestó: "prefiero que se salve y se enoje, aunque el día de mañana no me salude".
El 4 de mayo pasado, Albarracini, de 38 años, ingresó a la Clínica Bazterrica con pérdida de masa encefálica e impactos de bala tras sufrir un intento de robo.
El hecho que tuvo como víctima a Albarracín ocurrió en San Justo, cuando fue sorprendido por dos menores de edad en momentos en que intentaba subir a su vehículo para ir a trabajar.
Luego de obligarlo a punta de pistola a manejar, hubo en el interior del vehículo un forcejeo, y Albarracín recibió en total seis disparos: uno en la cabeza y los otros cinco en el cuerpo.
Al quedar internado, un fallo judicial habilitó que pese a la decisión adoptada por el paciente de antemano, recibiera las transfusiones de sangre necesarias habida cuenta que en el estado en que estaba no puede tomar decisiones propias.
Pero la mujer de Albarracín, también Testigo de Jehová, se opuso y se inició una polémica aún vigente, que continúa luego de que se encontrara apelada la decisión judicial tomada en primera instancia.