Una catarata de denuncias contra el empresario salteño Rodolfo Alejandro Juncosa, comenzó a caer sobre la comisaría 51 de Las Lajitas, departamento de Anta, cuyos firmantes aseguran haber sido víctimas de una brutal estafa con terrenos de 10x30, valuados en diferentes precios, ubicados en la zona norte de la localidad, a la par del cementerio.
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Una catarata de denuncias contra el empresario salteño Rodolfo Alejandro Juncosa, comenzó a caer sobre la comisaría 51 de Las Lajitas, departamento de Anta, cuyos firmantes aseguran haber sido víctimas de una brutal estafa con terrenos de 10x30, valuados en diferentes precios, ubicados en la zona norte de la localidad, a la par del cementerio.
Los supuestos damnificados, todos trabajadores de la zona, adquirieron un centenar de parcelas entre 2009 y 2011 por valores aparentemente accesibles: $12.000, $15.000 y $24.000, con la promesa, aseguran, de que los servicios de agua y luz serían conectados a la brevedad. Sin embargo, a tres años del inicio del loteo, y con m,más de 40 viviendas construidas y habitadas, aún no tienen ningún servicio.
El agua, elemento vital para la subsistencia, está siendo provista -parcialmente- por la Municipalidad de la localidad, quien cada semana llena tambores de 200 litros que los vecinos han conseguido para paliar la situación. Hay también quienes la consiguen del cementerio.
La energía eléctrica, la obtienen de dos modos, cada cual más inseguro y peligroso: algunos la “compran” a propietarios de inmuebles cercanos, quienes les extienden cableados desde sus domicilios. Lo hacen de manera subterránea, para no despertar sospechas y aventar acciones policiales o planteos legales de la empresa proveedora del suministro. Pero otros también usan un mecanismo más grave para tener luz: han optado por “colgarse” del tendido que acompaña la traza vial de la avenida Entre Ríos.
Los denunciantes, además de responsabilizar a Juncosa, el empresario vendedor, han cargado, en sus presentaciones ante la Policía de la Provincia, contra una segunda persona, supuestamente socio del primero, que identifican como Jorge Emilio Salvadores. Y, paralelamente, acusan a un tercero, Carlos Bravo, quien desde que se realizó la venta de las tierras como si fuera un loteo pero que sigue siendo un predio unicatastral, se ha venido desempeñando como encargado de cobranzas y transacciones.
Los denunciantes señalan que Bravo se desplaza con confianza por el pueblo, en virtud de que es el suegro del intendente, Alberto Antonio Fermani, quien se halla en Israel, participando de un curso de capacitación junto a nueve colegas salteños.
Los boletos de compraventa, todos firmados por Juncosa, han sido certificados por el juez de paz titular de Las Lajitas, Roque Jacinto Brito.