Pasaron los tiempos en que el dólar era el padre de todos los males relacionados a la suba de precios de los alimentos.
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Pasaron los tiempos en que el dólar era el padre de todos los males relacionados a la suba de precios de los alimentos.
La cuasi estabilidad en la que se mantiene en los últimos meses la moneda estadounidense, sin embargo, no logró frenar la escalada en frutas y hortalizas, que parece no tener freno.
- Hoy son otros los factores esgrimidos por los formadores de precios: la sequía en un primer momento, la lluvia después, la falta de semillas, los insumos, el transporte, y un sinnúmero de etcéteras.
Lo cierto es que hoy amaneció el cajón de tomates de 20 kg a un valor que va de los $35.000 a los $40.000, cuando hace tan solo dos días se comercializaba a $25.000 y $34.000, según la calidad, en el mercado Cofruthos, de la ciudad de Salta.
- El aumento fue de aproximadamente el 28 por ciento.
A los consumidores solo le queda apelar al poder que tienen, cada vez más difuso, de pagar o no el precio que se "estampa" en los productos. Pero en cuestión de alimentos esa opción es mínima.
- En el norte de Chile, que no produce tomates el kilogramo cuesta hoy martes en supermercado, al cambio, $ 833 argentinos.
"Están del tomate", expresó Lulo, un joven salteño que recorrió esta mañana las instalaciones del mercado. Y explicó: "Si sacamos el precio de costo que queda por kilo y le sumamos mínimo el 30 por ciento que le agregan las verdulerías, porcentaje que en muchos casos es mucho mayor, se va a más de $2.500 el kg. Es lo que tendrá que pagar doña Rosa si quiere hacer una pizza o echarle algo rojo al guiso".