Soledad es maestra especial y viajó a Salta para hacer unos trámites junto a Darío, su novio. Ayer a la mañana, casualmente, pasaban por la plazoleta IV Siglos y se encontraron con una interesante experiencia, organizada por el Hogar Instituto de Rehabilitación para el Paralítico Cerebral (Hirpace) por el aniversario de la institución, que el próximo 20 de junio cumplirá 47 años y se aventuraron en ella. Consistía en subirse a una silla de ruedas y recorrer algún sector del centro salteño y, por al menos unos minutos, ponerse en el lugar del otro. El Tribuno los acompañó. La consigna era tomar un taxi.
inicia sesión o regístrate.
Soledad es maestra especial y viajó a Salta para hacer unos trámites junto a Darío, su novio. Ayer a la mañana, casualmente, pasaban por la plazoleta IV Siglos y se encontraron con una interesante experiencia, organizada por el Hogar Instituto de Rehabilitación para el Paralítico Cerebral (Hirpace) por el aniversario de la institución, que el próximo 20 de junio cumplirá 47 años y se aventuraron en ella. Consistía en subirse a una silla de ruedas y recorrer algún sector del centro salteño y, por al menos unos minutos, ponerse en el lugar del otro. El Tribuno los acompañó. La consigna era tomar un taxi.
La primera dificultad con la que se toparon fue la rampa: es que había una para bajar, justo en el inicio de la peatonal, pero en la esquina del frente no había ninguna para subir. Tres taxistas se negaron a realizar el viaje. La excusa: “el baúl es muy chico”.
Las experiencias se reiteraron durante toda la mañana. Muchos salteños, pudieron así ver cuán difícil es vivir con una discapacidad.