A diez años del asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, familiares y amigos de las víctimas junto a agrupaciones sociales y políticas iniciaron una vigilia en el Puente Pueyrredón, en la localidad bonaerense de Avellaneda, donde tienen previsto realizar hoy una movilización.
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A diez años del asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, familiares y amigos de las víctimas junto a agrupaciones sociales y políticas iniciaron una vigilia en el Puente Pueyrredón, en la localidad bonaerense de Avellaneda, donde tienen previsto realizar hoy una movilización.
En un escenario montado sobre la avenida Pavón, las actividades se iniciaron ayer alrededor de las 20, luego de que llegaran las principales columnas del Frente Darío Santillán, el Polo Obrero y otras agrupaciones de izquierda.
“Queremos justicia y la única manera de hacernos escuchar es en la calle y continuar con la lucha. No hay memoria mientras haya impunidad. Como familiar lo que me interesa es que la causa de los responsables políticos y la causa contra (los policías condenados) Fanchiotti y Acosta tenga sentencia firme”, aseguró Vanina Kosteki, hermana de Maximiliano.
“Me parece una vergüenza que un imputado político por los asesinatos tenga que resolver si la causa queda en sentencia firme”, agregó sobre la situación judicial que investiga las muertes. Asimismo, la hermana de una de las víctimas rechazó que se trate de un acto para rememorar las muertes, porque no se puede “hacer ningún acto para recordar algo que la impunidad sigue dejando vigente”.
“Es una movilización de lucha y reclamo de justicia”, resumió Vanina Kosteki, poco antes de iniciar el acto principal. Los manifestantes permanecerán en una vigilia en el lugar de los hechos hasta hoy a las 13, cuando comenzará el acto central por las muertes de los jóvenes piqueteros, ocurrida el 26 de junio de 2002 durante una movilización al puente que fue ferozmente reprimida por la Policía Bonaerense.
La muerte de Kosteki y Santillan se produjo durante la represión a una protesta social en 2002 que erosionó al gobierno del entonces presidente Eduardo Duhalde y derivó en un llamado anticipado a elecciones nacionales. Por esa razón, durante las actividades que iniciaron esta vigilia, se prendió fuego una maqueta gigante con la cara del expresidente, en el que se pedía su encarcelamiento como responsable político de los crímenes.
Por este crimen, el excomisario Alberto Fanchiotti y su exchofer Alejandro Acosta fueron condenados a prisión perpetua en enero de 2006, aunque los familiares y compañeros de militancia de Kosteki y Santillán siguen reclamando por las responsabilidades de aquellos funcionarios que ocupaban cargos claves en el Gobierno nacional y el bonaerense. Además, en los últimos días se conoció que Fanchiotti será trasladado a la Unidad Penal 11 de la ciudad de Baradero, un penal con régimen abierto y de salidas transitorias, lo que provocó que las familias de las víctimas, diez años después, deban volver a pedir “justicia”.