Las versiones sobre la pesificación de la economía nacional sacaron de sus cabales al viceministro de Economía Axel Kicillof hace diez días. Enfurecido porque un proyecto nacido de su cartera llegará a manos de los periodistas antes que a las bancas del Congreso, el viceministro acusó a la “prensa canalla y a los golpistas de siempre” de lanzar a correr la idea de la pesificación nacional, medida que no estaría ni en estudio. Ayer, sin embargo, el diputado nacional Agustín Rossi, el riñón derecho del kirchnerismo en el Congreso afirmó que el proyecto de su par Edmundo Depetri, para pesificar todas las operaciones inmobiliarias, contaba con el apoyo del oficialismo. Rápidamente -y recordando las enfurecidas declaraciones del joven economista- aseguró que el apoyo al proyecto primero se consultará con la Casa Rosada y la cartera de Economía.
“El proyecto que presentó Depetri va en el sentido de lo que nosotros venimos hablando, de la necesidad de que la Argentina piense más en pesos y menos en moneda extranjera, pero hay que estudiarlo y consultarlo con el área económica del Poder Ejecutivo para ver cuáles son los efectos que va a generar”, añadió.
El proyecto de Depetri propone pesificar “todos los contratos, acuerdos y convenciones para el alquiler, compra y venta de bienes muebles e inmuebles”. Rossi comentó que había hablado con empresarios inmobiliarios de Rosario, quienes le comentaron: “Ya tenemos un alto porcentaje de operaciones, casi el 60%, que ya se realizan en pesos”. El diputado oficialista insistió en que la idea que predomina en el oficialismo es que el ahorro tiene que ser en pesos.
Frente a la normativa oficial de pesificar, algunos economistas cuestionan las restricciones y obligaciones creadas. Miguel Bein y Marina Dal Poggetto afirmaron: “El objetivo de pesificar de facto la economía solo vía controles en un contexto de alta inflación, sin incentivos para viabilizar el ahorro en pesos, es voluntarista”. Por su parte, Ramiro Castiñeira advirtió que la corrida sobre el dólar se trata de “un claro indicador de la desconfianza que generan las nuevas reglamentaciones”.
Las miras oficiales de la pesificación, sin embargo, irían todavía más allá de las operaciones inmobiliarias, llegarían hasta la derogación de algunos artículos de la ley de convertibilidad, referidos a las indexaciones, y tocarían también pagos de deudas.
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Las versiones sobre la pesificación de la economía nacional sacaron de sus cabales al viceministro de Economía Axel Kicillof hace diez días. Enfurecido porque un proyecto nacido de su cartera llegará a manos de los periodistas antes que a las bancas del Congreso, el viceministro acusó a la “prensa canalla y a los golpistas de siempre” de lanzar a correr la idea de la pesificación nacional, medida que no estaría ni en estudio. Ayer, sin embargo, el diputado nacional Agustín Rossi, el riñón derecho del kirchnerismo en el Congreso afirmó que el proyecto de su par Edmundo Depetri, para pesificar todas las operaciones inmobiliarias, contaba con el apoyo del oficialismo. Rápidamente -y recordando las enfurecidas declaraciones del joven economista- aseguró que el apoyo al proyecto primero se consultará con la Casa Rosada y la cartera de Economía.
“El proyecto que presentó Depetri va en el sentido de lo que nosotros venimos hablando, de la necesidad de que la Argentina piense más en pesos y menos en moneda extranjera, pero hay que estudiarlo y consultarlo con el área económica del Poder Ejecutivo para ver cuáles son los efectos que va a generar”, añadió.
El proyecto de Depetri propone pesificar “todos los contratos, acuerdos y convenciones para el alquiler, compra y venta de bienes muebles e inmuebles”. Rossi comentó que había hablado con empresarios inmobiliarios de Rosario, quienes le comentaron: “Ya tenemos un alto porcentaje de operaciones, casi el 60%, que ya se realizan en pesos”. El diputado oficialista insistió en que la idea que predomina en el oficialismo es que el ahorro tiene que ser en pesos.
Frente a la normativa oficial de pesificar, algunos economistas cuestionan las restricciones y obligaciones creadas. Miguel Bein y Marina Dal Poggetto afirmaron: “El objetivo de pesificar de facto la economía solo vía controles en un contexto de alta inflación, sin incentivos para viabilizar el ahorro en pesos, es voluntarista”. Por su parte, Ramiro Castiñeira advirtió que la corrida sobre el dólar se trata de “un claro indicador de la desconfianza que generan las nuevas reglamentaciones”.
Las miras oficiales de la pesificación, sin embargo, irían todavía más allá de las operaciones inmobiliarias, llegarían hasta la derogación de algunos artículos de la ley de convertibilidad, referidos a las indexaciones, y tocarían también pagos de deudas.