“No hay ninguna causa, gracias a Dios todo se terminó. Mi vida sigue normal como siempre. Esto fue una persecución contra nosotros, seguramente el juez se quería hacer famoso”, aseguró al salir de Tribunales y recuperar su libertad, Rafael Di Zeo, exlíder de “La 12”.
El tristemente célebre barrabrava fue absuelto ayer junto a otros catorce imputados de integrar una “asociación ilícita” que cometió diversos delitos violentos en la tribuna local de la Bombonera, incluida la portación de arma de guerra.
La decisión la adoptó Tribunal Oral en lo Criminal 6 (TOC6) al cabo de una semana de juicio, en el que también absolvió a su hermano, Fernando, y a una expolicía acusada de ayudarlo a evadir la Justicia proporcionándole información.
Las absoluciones dictadas por los jueces Guillermo Yacobucci, Leonardo De Martini y Alejandro Noceti Achával fueron festejadas por medio centenar de barras que siguieron el juicio, tanto desde la sala como en la plaza Lavalle, frente al Palacio de Tribunales.
“Se hizo justicia“, proclamó Di Zeo apenas concluyó la lectura del veredicto, abrazándose con su hermano. El fiscal Diego Nicholson había pedido una pena de ocho años de prisión por este caso y de once como condena unificada por una condena previa, también por violencia en la cancha. Al brindar su alegato, el fiscal sostuvo que los acusados integraron una banda que actuaba en forma “organizada” y que tenían “objetivos comunes”. Según afirmó, los Di Zeo eran quienes emanaban las órdenes en esa banda y que la misma induce al “temor en la sociedad”.
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“No hay ninguna causa, gracias a Dios todo se terminó. Mi vida sigue normal como siempre. Esto fue una persecución contra nosotros, seguramente el juez se quería hacer famoso”, aseguró al salir de Tribunales y recuperar su libertad, Rafael Di Zeo, exlíder de “La 12”.
El tristemente célebre barrabrava fue absuelto ayer junto a otros catorce imputados de integrar una “asociación ilícita” que cometió diversos delitos violentos en la tribuna local de la Bombonera, incluida la portación de arma de guerra.
La decisión la adoptó Tribunal Oral en lo Criminal 6 (TOC6) al cabo de una semana de juicio, en el que también absolvió a su hermano, Fernando, y a una expolicía acusada de ayudarlo a evadir la Justicia proporcionándole información.
Las absoluciones dictadas por los jueces Guillermo Yacobucci, Leonardo De Martini y Alejandro Noceti Achával fueron festejadas por medio centenar de barras que siguieron el juicio, tanto desde la sala como en la plaza Lavalle, frente al Palacio de Tribunales.
“Se hizo justicia“, proclamó Di Zeo apenas concluyó la lectura del veredicto, abrazándose con su hermano. El fiscal Diego Nicholson había pedido una pena de ocho años de prisión por este caso y de once como condena unificada por una condena previa, también por violencia en la cancha. Al brindar su alegato, el fiscal sostuvo que los acusados integraron una banda que actuaba en forma “organizada” y que tenían “objetivos comunes”. Según afirmó, los Di Zeo eran quienes emanaban las órdenes en esa banda y que la misma induce al “temor en la sociedad”.
Hubo banderazo y amenazas
Ni bien todos los acusados, con Rafael Di Zeo a la cabeza, cruzaron los portones del Palacio de Justicia y bajaron las escalinatas se abrazaron con parte de la “banda”, hubo fiesta y cánticos, en los que se acordaron de los “traidores” y dijeron que los irán a “buscar”, haciendo inequívoca alusión al sector de Mauro Martín, el otrora lugarteniente de Di Zeo y actual capo de la hinchada boquense.
Con bombos y banderas azul y oro, más de trescientos barras que lo esperaban en la calle Talcahuano festejaron su absolución. Allí, en la puerta del edificio, y al grito de “Volveremos a la 12”, armaron un verdadero banderazo en apoyo al exlíder de la barra brava. “A todos los traidores los vamos a matar”, siguieron cantando.
Si bien Di Zeo dijo que no iba a hablar con la prensa, luego admitió que su deseo es volver a la tribuna de Boca. “Quiero volver a la cancha cuando se den las circunstancias”, y reconoció que “por ahora no” será el jefe de la barra, pese a que sus seguidores así lo hicieron notar públicamente.
El fútbol lo volverá a padecer.
Bajo el ala
Con la absolución de Rafael Di Zeo y sus secuaces, el Gobierno nacional dejó en claro que ni por asomo piensa terminar con los violentos en el fútbol.
Esta lacra enquistada en los clubes y amparada por el poder seguirá actuando con total impunidad, sin dudar en ejercer todo tipo de violencia cuando algo se interponga en sus planes.
Qué pensará ahora Javier Cantero, presidente de Independiente -quien lleva a cabo una lucha contra los barras-, con este fallo polémico y poco serio. La promesa de que habría una firme decisión política para terminar con este flagelo solo quedará en palabras.
El crecimiento del poder de los violentos y el temor que inspiran en la sociedad les permite generar situaciones indignantes.
No hubo pruebas para condenar a Di Zeo y su banda y ahora irán por más. Seguirán sembrando el terror en las canchas; mientras tanto, la Justicia está más ciega que nunca...