Valentín Torres, dirigente aborigen de la Misión Anglicana, en Santa María, dijo: “Tenemos una cultura que nos dejaron nuestros antepasados. Cuando llega la época del algarrobo recolectamos los frutos del campo o salimos a campear para buscar los animales del monte. Pero hoy no se puede, porque está todo alambrado y hay carteles prohibiendo la entrada. Creemos que hubo un incumplimiento, por parte de algunos criollos, del decreto que establece que está prohibido alambrar en estas tierras fiscales que reclamamos los aborígenes.
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Valentín Torres, dirigente aborigen de la Misión Anglicana, en Santa María, dijo: “Tenemos una cultura que nos dejaron nuestros antepasados. Cuando llega la época del algarrobo recolectamos los frutos del campo o salimos a campear para buscar los animales del monte. Pero hoy no se puede, porque está todo alambrado y hay carteles prohibiendo la entrada. Creemos que hubo un incumplimiento, por parte de algunos criollos, del decreto que establece que está prohibido alambrar en estas tierras fiscales que reclamamos los aborígenes.
La Constitución Nacional dice que nuestras tierras tienen que ser aptas y suficientes para que podamos vivir como acostumbramos ancestralmente. Desgraciadamente no se cumple, pero la gente ya no da más. El Gobierno dice que en dos meses, que el año que viene y ya pasaron casi 30 años. Somos víctimas, tanto los criollos, como los aborígenes. Nosotros no estamos como para correr al hermano criollo. Ellos dicen que están hace 120 años y nosotros hace 500 o 600 años que vivimos acá, pero todos nacimos en esta tierra. Unos dicen que hay que correrlo al criollo, pero no es así. Nosotros queremos vivir como hemos vivido antes, sin alambrado. También es verdad que algunos criollos abusaron, pero el que se quiere quedar se queda, lo que no puede haber es alambre, por ejemplo, en la costa del río, porque no se puede pescar”.