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Por cada peso cobrado en las ventas al contado, uno se evade

Sabado, 28 de julio de 2012 23:29

Existen 431,3 millones de pesos de evasión en mil grandes empresas. El perfil que tiene el que no aporta a la AFIP es variado en Argentina. Hay un nicho compuesto por distintas personas. Muchos explotan el rubro de la comercialización de ganado, actividad agrícola, cereales, textiles, calzado, productos en madera, venta de maquinaria, equipo profesional, industrial y comercial, embarcaciones y aeronaves. Y en ese conjunto de cumplidores y sospechosos para la AFIP debe incluirse también a los monotributistas, comerciantes y otros. Se ha dispuesto en los próximos meses instrumentar una nueva etapa: la obligación de tributar para aquellos monotributistas profesionales que facturen entre $6.000 y $16.667 al mes.

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Existen 431,3 millones de pesos de evasión en mil grandes empresas. El perfil que tiene el que no aporta a la AFIP es variado en Argentina. Hay un nicho compuesto por distintas personas. Muchos explotan el rubro de la comercialización de ganado, actividad agrícola, cereales, textiles, calzado, productos en madera, venta de maquinaria, equipo profesional, industrial y comercial, embarcaciones y aeronaves. Y en ese conjunto de cumplidores y sospechosos para la AFIP debe incluirse también a los monotributistas, comerciantes y otros. Se ha dispuesto en los próximos meses instrumentar una nueva etapa: la obligación de tributar para aquellos monotributistas profesionales que facturen entre $6.000 y $16.667 al mes.

No se crea que todos los inspectores “chicos” de la AFIP (contadores, abogados jóvenes y otros profesionales) siempre tienen la posibilidad de ironizar sobre la coyuntura. Esos “chicos” “chancean” con una etapa del país en la que tenían apenas veinte años, con la de la convertibilidad. Suelen hacer el chiste comparativo que “ahora también estamos en el uno a uno, uno que paga, otro que evade”. Los técnicos del organismo menos adheridos a la ironía casi son “discípulos” del siglo XXI del gran politólogo francés Jean-Jacques Rousseau, autor del famoso libro “El contrato social”. Justamente allí Rousseau habló sobre la riqueza de la gente de su época: “Ningún ciudadano debería ser tan opulento como para poder comprar a otro y ninguno tan pobre como para verse obligado a venderse”.

Si es cierto que existe hoy un “uno a uno” tributario de tipo evasivo o si hay ciudadanos que no cumplen con el fisco, entonces se explica mejor por qué el debate económico más actual para el bolsillo de la gente es la llamada reforma tributaria. La recaudación permite acumular capital y así subir la productividad y los ingresos de la gente. Y el segmento más favorecido será el de la inversión pública, que se contrajo en el corriente año según datos de la Fundación Mediterránea.

La caída en la recaudación es tan ostensible que -de acuerdo con la Fundación Mediterránea- la inversión del Estado (el dueño de la AFIP) promediaba el 1,9% del PBI en los años noventa, cayó hasta el 0,8% en 2002 y luego creció hasta el récord del 3,6% en 2009.

De acuerdo con la consultora, luego de ese pico de 2009, pasó al 3,3% en 2011 y podría cerrar en torno del 3% en 2012. Y como la Nación vive fundamentalmente de los impuestos que cobra, además de otros ingresos financieros, el problema es que si esa proporción del “uno de tributación por el uno de evasión” se mantiene, habrá problemas fiscales. Tomando la ejecución presupuestaria nacional de junio 2012, los ingresos tributarios se han incrementado en menor medida (16% interanual), ya que los correspondientes al comercio exterior cayeron el 14,1% respecto a junio del año pasado, según la Fundación Mediterránea.

Las provincias han comenzado a pensar que la coparticipación, una suerte de “contrato social” con la Nación, ya no responde a esa línea de equidad que pedía para la distribución de las riquezas el filósofo Rousseau. El basaba el ser ciudadano en la igualdad (“Ningún ciudadano debería ser tan opulento como para poder comprar a otro”) y en el límite de la proporcionalidad (“Ninguno debería ser tan pobre como para verse obligado a venderse”). Los gobiernos provinciales leen que sus técnicos en contabilidad fiscal les comunican que las transferencias corrientes de capital se incrementaron apenas el 7,7%. Como dice la Mediterránea “si se le añaden los recursos por transferencias automáticas (coparticipación y leyes especiales) se tiene que el toral de recursos transferidos a las provincias creció el 22,1% en junio y el 21,8% en el primer semestre”.

La Capital Federal, entre coparticipación y leyes especiales y transferencias discrecionales, recibió el 17,9%, mientras que sus hermanas, el resto de las provincias, por los mismos conceptos obtuvieron el 1,7% más, o sea, el 19,6%. En Capital Federal se ha detectado una evasión de más de $333 millones en concepto de ingresos brutos y sellos de empresas que en realidad tienen su casa matriz en la provincia de Buenos Aires. Todo un efecto dominó de la evasión.

Los datos

El Estado, sin tanta recaudación como en otros años impositivos, no pudo sostener la inversión del sector público, hoy contraída.

El efecto multiplicador del pago de impuestos es acumular capital y, con él, subir la productividad y los ingresos de las personas.

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