El caso Betancur sonó fuerte y la Corte Suprema de Justicia no tardó en poner paños fríos a las expectativas del sector pasivo. Ayer, emitió un comunicado que sostiene que el fallo no sienta precedentes ya que “no se expidió sobre la cuestión de fondo”" en la discusión sobre los haberes que cobran los adultos mayores.
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El caso Betancur sonó fuerte y la Corte Suprema de Justicia no tardó en poner paños fríos a las expectativas del sector pasivo. Ayer, emitió un comunicado que sostiene que el fallo no sienta precedentes ya que “no se expidió sobre la cuestión de fondo”" en la discusión sobre los haberes que cobran los adultos mayores.
El máximo tribunal remarcó que solo desestimó un recurso extraordinario interpuesto por la Anses por carecer de fundamento. El organismo se había opuesto a mejorar los haberes jubilatorios de Betancur al argumentar que el pedido perjudicaría la estabilidad económica del sistema previsional.
El abogado de Betancur, Roberto Villagra Acedo, remarcó que se debe hacer una cuidadosa lectura de la aclaración de la Corte. “Si bien no resuelve una cuestión de fondo, los jueces confirmaron una decisión de Cámara con respecto a las jubilaciones, lo que sí marca un camino. Es un antecedente válido y abre la posibilidad para que más jubilados planteen sus derechos. Y la Corte tendrá que expedirse”, explicó.
“Si lo hubieran querido rechazar, lo hubieran realizado. El recurso que presentó la Anses cumple con todas las formas ¿Qué van a responder cuando se presente una serie de peticiones similares?”, planteó Villagra Acedo. Además calificó al comunicado como una reacción política. Es que los jueces son uno de los pocos privilegiados del sistema ya que cobran el 82% móvil.
La vida después de YPF
José Betancur, que ayer fue el centro de las noticias, vive en barrio El Pilar. El salteño tiene cuatro hijos. Tres ya se casaron y uno, de 25 años, estudia abogacía. “En un par de años florecerá y obtendrá su título”, se enorgullece.
En YPF, Betancur se desempeñó en el área de seguridad. Arrancó en 1971 en la localidad de Comodoro Rivadavia, Chubut, hasta 1977. Después fue trasladado a la planta salteña de Chachapoyas. En 1993, con la privatización, perdió su trabajo. Recién en 2000 accedió a la jubilación. Aún recuerda que el trámite lo desgastó pero siempre buscó que sus derechos sean reconocidos.