Desde que Cristina Fernández asumió por primera vez el poder, en 2007, todos los años se repite el mismo cuento. Tan pronto como su declaración de patrimonio sale publicada en la prensa, los partidos de la oposición ponen el grito en el cielo reclamado que explique el origen de su fortuna.
En esta ocasión la demanda fue hecha en tono sarcástico: "Sería importante que la presidenta compartiera al menos una parte ínfima de la fórmula del éxito, ante tantos argentinos que lo pasan mal", apostilló Luis Naidenoff, jefe del bloque de Unión Cívica Radical (UCR) en el Senado.
La salida de tono del parlamentario apunta a que la fortuna de la jefa del gobierno se incrementó en un 14% al recibir su parte de la herencia de Néstor Kirchner.
Según consta en la declaración jurada que presentó ante la Oficina Anticorrupción, la viuda recibió la mitad de los 31.637.916 pesos que atesoraba su marido. El resto quedó para sus hijos Máximo y Florencia.
Completado el trámite de la sucesión, Cristina, con un patrimonio de más de 9 millones de dólares (7,25 millones de euros) es la segunda estadista más rica de América, detrás de Sebastián Piñera. El presidente chileno "congeló" en un fideicomiso más del 90% de sus acciones en diferentes empresas. No obstante, en el 2010 declaró una fortuna de 10 millones de dólares.
El tercer puesto en el ránking continental corresponde al norteamericano Barack Obama, cuyos haberes suman 8,3 millones de dólares.
Cristina no piensa comparecer ante el Congreso y menos compartir sus secretos financieros con el ciudadano de a pie. Por lo demás, sería inútil que lo hiciera ya que los Kirchner amasaron fortuna mediante una fórmula irrepetible, que combina la acumulación de poder político, el entretejido de redes de influencia y, sin duda, la astucia.
Sobre los terrenos que compraron a precio de ganga cuando Néstor ejercía como gobernador de Santa Cruz, el matrimonio edificó los dos hoteles que administra la sociedad Los Sauces en la localidad turística de El Calafate, donde también se encuentra el refugio campestre de la familia. Después del fallecimiento de su marido (octubre del 2010), Cristina puso a nombre de Los Sauces los dos apartamentos que adquirió en el exclusivo barrio bonaerense de Puerto Madero.
En diciembre del 2009, el juez federal Néstor Oyarbide sobreseyó a los Kirchner de los cargos por enriquecimiento ilícito que denunció el partido Coalición Cívica. Pese a que la causa quedó bien sepultada, los oponentes de Cristina siguen reclamando, como quien practica un ritual obsesivo, un rendimiento de cuentas de su parte. "Causa indignación que una presidenta multiplique su patrimonio cuando hay 10 millones de argentinos que siguen en la pobreza", dijo el diputado opositor Horacio Piamonte, sumando su voz a la del coro que clama en el hemiciclo parlamentario, ante la total indiferencia de la inquilina de la Casa Rosada.
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Desde que Cristina Fernández asumió por primera vez el poder, en 2007, todos los años se repite el mismo cuento. Tan pronto como su declaración de patrimonio sale publicada en la prensa, los partidos de la oposición ponen el grito en el cielo reclamado que explique el origen de su fortuna.
En esta ocasión la demanda fue hecha en tono sarcástico: "Sería importante que la presidenta compartiera al menos una parte ínfima de la fórmula del éxito, ante tantos argentinos que lo pasan mal", apostilló Luis Naidenoff, jefe del bloque de Unión Cívica Radical (UCR) en el Senado.
La salida de tono del parlamentario apunta a que la fortuna de la jefa del gobierno se incrementó en un 14% al recibir su parte de la herencia de Néstor Kirchner.
Según consta en la declaración jurada que presentó ante la Oficina Anticorrupción, la viuda recibió la mitad de los 31.637.916 pesos que atesoraba su marido. El resto quedó para sus hijos Máximo y Florencia.
Completado el trámite de la sucesión, Cristina, con un patrimonio de más de 9 millones de dólares (7,25 millones de euros) es la segunda estadista más rica de América, detrás de Sebastián Piñera. El presidente chileno "congeló" en un fideicomiso más del 90% de sus acciones en diferentes empresas. No obstante, en el 2010 declaró una fortuna de 10 millones de dólares.
El tercer puesto en el ránking continental corresponde al norteamericano Barack Obama, cuyos haberes suman 8,3 millones de dólares.
Cristina no piensa comparecer ante el Congreso y menos compartir sus secretos financieros con el ciudadano de a pie. Por lo demás, sería inútil que lo hiciera ya que los Kirchner amasaron fortuna mediante una fórmula irrepetible, que combina la acumulación de poder político, el entretejido de redes de influencia y, sin duda, la astucia.
Sobre los terrenos que compraron a precio de ganga cuando Néstor ejercía como gobernador de Santa Cruz, el matrimonio edificó los dos hoteles que administra la sociedad Los Sauces en la localidad turística de El Calafate, donde también se encuentra el refugio campestre de la familia. Después del fallecimiento de su marido (octubre del 2010), Cristina puso a nombre de Los Sauces los dos apartamentos que adquirió en el exclusivo barrio bonaerense de Puerto Madero.
En diciembre del 2009, el juez federal Néstor Oyarbide sobreseyó a los Kirchner de los cargos por enriquecimiento ilícito que denunció el partido Coalición Cívica. Pese a que la causa quedó bien sepultada, los oponentes de Cristina siguen reclamando, como quien practica un ritual obsesivo, un rendimiento de cuentas de su parte. "Causa indignación que una presidenta multiplique su patrimonio cuando hay 10 millones de argentinos que siguen en la pobreza", dijo el diputado opositor Horacio Piamonte, sumando su voz a la del coro que clama en el hemiciclo parlamentario, ante la total indiferencia de la inquilina de la Casa Rosada.
Fuente: El Mundo