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14 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Tuvo un diez felicitado

Lunes, 10 de septiembre de 2012 12:20

Mucho se habló durante la semana previa del bagaje de figuras que traía consigo este Sportivo Belgrano que supo ganarse respeto en la categoría. Y también si este Gimnasia y Tiro sería capaz de superar otra prueba de carácter ante un rival que no se jactaba precisamente por venir a Salta a pasear y a perdonarle la vida a su rival de turno.

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Mucho se habló durante la semana previa del bagaje de figuras que traía consigo este Sportivo Belgrano que supo ganarse respeto en la categoría. Y también si este Gimnasia y Tiro sería capaz de superar otra prueba de carácter ante un rival que no se jactaba precisamente por venir a Salta a pasear y a perdonarle la vida a su rival de turno.

Lo cierto es que la realidad expuesta en el césped del Gigante del Norte mostró a las claras el acierto del entrenador para transmitir una idea, y la virtud de los jugadores para ejecutarla al pie de la letra.

Juan Pablo Francia, uno de los creadores más distinguidos de la categoría, estuvo desdibujado y resultó anulado por Osvaldo Young, quien lo persiguió por toda la cancha y cumplió a la perfección su misión de neutralizarlo, tal como lo había hecho con Sergio Oga en el clásico.

Porque Juan Manuel Aróstegui, el goleador más buscado, no se le pasó nunca por alto a Plaza y a Ianiero. Y la única vez que se les escapó, el 9 fusiló a Mulieri, quien salió vencedor en un fenomenal mano a mano. La defensa volvió a ser una muralla y, más allá de la figura excluyente de Esteban Burgos y su buen momento, Esteban Villareal volvió a morder por todos lados. El mediocampo, con el Pitbull como emblema de lucha, no desentonó y mostró otra vez a un Ivo Chaves hiperactivo que se ganó con creces su puesto por derecha. Lo mismo Vezzani, quien volvió a ser un pulmón de acero jugando por el costado y por el frente de ataque, y que fue también parte del entonado concierto en el que tampoco desentonaron Zárate, un gladiador para pelear cada pelota y hacer estragos en cada defensa y gestor del primer gol, y Agudiak, otro toro embravecido que no resigna balones.

La victoria del albo se sustentó en la labor de cada una de sus piezas para borrar a un serio candidato.

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