Un centenar de vecinos de villa Cristina y todas las dependencias policiales capitalinas se movilizaron ayer desde la madrugada al conocerse que una menor, Luz Mercedes Mamaní (11), había desaparecido misteriosamente en horas de la madrugada de su domicilio de Islas Malvinas al 600.
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Un centenar de vecinos de villa Cristina y todas las dependencias policiales capitalinas se movilizaron ayer desde la madrugada al conocerse que una menor, Luz Mercedes Mamaní (11), había desaparecido misteriosamente en horas de la madrugada de su domicilio de Islas Malvinas al 600.
La denuncia la radicó su mamá, Magdalena Vargas (48), en la comisaría 2, a las 6, minutos después de ingresar al dormitorio de la niña para despertarla y encontrar su cama vacía. La totalidad del vecindario se solidarizó con la familia de la pequeña y desde tempranas horas hicieron imprimir panfletos e ingresaron el pedido de ayuda en las más importantes redes sociales de internet. Cerca del mediodía todas las comisarías de la capital poseían ya el pedido de ubicación de su paradero.
En horas de la tarde, una decena de vehículos particulares y medio centenar de sus compañeros de la Escuela Normal circulaban por la ciudad pegando los afiches con la fotografía de la niña, con un desesperado pedido de ayuda.
En la tarde, frente al domicilio de la pequeña, decenas de personas se hicieron presentes para ayudar en la búsqueda y cuando se disponían a partir en un nuevo patrullaje, una llamada desde la comisaría 2 les devolvió el alma al cuerpo. Luz Mercedes había aparecido en el hall de ingreso de una escuela pública ubicada sobre calle Toribio Tedín al 100, a la hora de salida. Una docente se percató de su presencia, ya que hacía varias horas que se encontraba sentada sobre las escalinatas y advirtió del hecho a la Policía. En minutos personal del 911 constató que se trataba de Luz Mercedes y solicitó personal femenino para el traslado de la preadolescente, que fue revisada inmediatamente por el médico legal quien constató que se hallaba en perfecto estado de salud y que no había sido víctima de delito alguno. La niña declaró que había pasado la madrugada en ómnibus de distintos corredores y que luego caminó por calles de Tres Cerritos, o Vicente Solá y 20 de Febrero, hasta que cansada se detuvo en la puerta de una escuela.