El conflicto amenaza con prolongarse en el tiempo, y ya surgieron las primeras voces criticando la intervención de Francia. Ayer las tropas francesas comenzaron el combate sobre el terreno en Mali, cinco días después de haber lanzado los primeros ataques aéreos para detener la ofensiva de los grupos salafistas que controlan el norte del país.
inicia sesión o regístrate.
El conflicto amenaza con prolongarse en el tiempo, y ya surgieron las primeras voces criticando la intervención de Francia. Ayer las tropas francesas comenzaron el combate sobre el terreno en Mali, cinco días después de haber lanzado los primeros ataques aéreos para detener la ofensiva de los grupos salafistas que controlan el norte del país.
Los blindados franceses, que llegaron a la capital Bamako desde otras bases africanas galas se desplazaron a lo largo del día a la primera línea de combate, esencialmente al oeste del país, donde las fuerzas de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) habían comenzado un contraataque, informaron medios franceses.
La ciudad de Diabili, 400 kilómetros al norte de Bamako, recuperada por los salafistas el pasado fin de semana, aparece ahora como el principal teatro de operaciones, mientras los bombardeos continúan.
París sigue apremiando a los países del occidente africano para que aceleren el despliegue de la fuerza internacional aprobada en diciembre pasado por el Consejo de Seguridad. El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, aseguró que los primeros soldados de ese contingente llegarán a Mali antes de que acabe la semana, mientras en Bamako el Estado Mayor de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (Cedeao) ultimaba los detalles de la misma.
Francia confía en que sea ese contingente, al que tienen previsto aportar efectivos Nigeria, Níger, Burkina, Togo, Senegal y Benin, entre otros países, el que lleve el mayor peso operativo de la guerra.
Mientras, en el terreno político, el presidente galo, Fran‡ois Hollande, escuchó las primeras críticas a su intervención y, especialmente, al aislamiento de Francia en esta operación.
El jefe del Estado, que ha visto cómo la guerra de Mali recibe un respaldo mayoritario entre la población, aseguró que la intervención francesa cuenta con el respaldo de toda la comunidad internacional y que se hizo en el momento preciso, justo cuando los rebeldes habían comenzado a unir sus fuerzas para amenazar Bamako.
En el Parlamento, la casi totalidad de los grupos políticos mostraron su respaldo a la guerra, pero se cuidaron de destacar que Francia no ha colocado a su lado a ningún otro país.
“Mientras todo el mundo nos muestra su apoyo, nuestros soldados son los únicos que están en el frente”, afirmó el jefe de la oposición, el conservador Jean-Fran‡ois Copé.
París recibe apoyo logístico de diversos aliados, entre ellos el Reino Unido, Estados Unidos, Dinamarca y Bélgica, pero ningún país ha enviado soldados sobre el terreno.
En los pasillos de la cámara de diputados comenzaron a escucharse voces que pedían que Hollande exija a la canciller alemana, Angela Merkel, una mayor implicación en el conflicto, durante la reunión que ambos mantendrán en Berlín el próximo fin de semana para celebrar el medio siglo del Tratado del Elíseo.
El diputado de la conservadora UMP Laurent Wauquiez comparó el conflicto de Mali con el de Afganistán, y aseguró que “la diferencia es que en Afganistán había una coalición internacional. Nos dicen que vamos a tener el apoyo de los africanos, pero creo que es importante tener el respaldo de los países con ejércitos bien estructurados”, indicó.
Ayrault minimizó las críticas y alabó el respaldo político que ha recibido la operación en el país y señaló que la misma durará “lo que sea necesario. Francia no está sola en Mali, tiene un amplio respaldo internacional y el apoyo logístico de muchos aliados”, aseguró el primer ministro.
El peligro de la intervención está también en los rehenes franceses que en estos momentos están en manos de grupos islamistas radicales.