De todos los gags que Los Simpsons nos han dejado, quizás el que más satiriza a la sociedad norteamericana es el que protagonizan Tommy y Daly, los cartoons que Bart y Lisa miran hasta descotillarse de la risa.
Estos dibujitos se basan en la pura violencia, mostrando la crueldad que baja desde la pantalla ante la atenta mirada de nuestros niños. Un estudio realizado en la Universidad Internacional Valenciana (VIU) confirma de sobra lo creado en la serie animada de Matt Groenning.
Según el análisis, que toma 19 series de dibujos animados de las principales cadenas infantiles, el 68% contiene escenas violentas. Y dándole la razón a la popularísima serie creada por Groening, Tom y Jerry (inspiración directa de los Tommy y Daly "simpsonianos") aparece como el show con más acciones violentas por minuto, con algo menos de un acto violento por minuto.
La autora del trabajo, Alejandra Benítez, es maestra especializada en Educación Infantil y alumna del máster de
Prevención e Intervención Psicológica en Problemas de Conducta en la Escuela de la VIU, la primera universidad audiovisual, online e interactiva de España. La elección de la programación estudiada se centró en series de dibujos animados y no cualquier otro tipo de serie aunque también estuviera dirigida al público infantil, fijado en niños de 4 a 12 años.
Según el análisis, se determinaron las características del perfil del agresor, tomando sexo, edad, apariencia, acción individual o de grupo, personaje y calificación del rol. Los resultados dieron como asociación al agresor con un personaje varón (87,85%); adulto (49,84%); de apariencia humana (54,31%); en acción individual (92,97%); es un personaje habitual en la serie (40,25%) y desempeña el papel de bueno (44,72%).
Respecto al tipo de violencia más frecuente, lo más habitual es la violencia física (38,01%), seguida de la que emplea armas u objetos (29,07%), la no verbal (12,77%), las amenazas (11,50%) y por último la verbal (8,62%). Pero un detalle importantísimo es la ausencia de consecuencias de ésos actos, que en un 84% no aparecen, en un 15,97% solo lo hace de manera leve.
Si partimos de estudios donde se concluye que los niños son factores claves en el consumo del hogar, los contenidos de los programas dirigidos a éste segmento resultan de vital importancia para las marcas que buscan invertir en auspiciar dichos contenidos. Un hogar con niños de hasta 12 años se gasta entre un
6% y un 13% que en uno formado solo por adultos.
Las empresas no desconocen este dato, al mismo tiempo que tampoco desconocen la imagen que se consolida entre los padres ante contenidos cada vez más violentos. En respuesta a esto, comienzan a surgir programas en el extremo opuesto, más educativos y menos violentos, como "Dora, la exploradora" o "Pepa Pig". Con el tiempo
veremos si la tendencia se consolida o los golpes seguirán liderando la pantalla infantil.
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De todos los gags que Los Simpsons nos han dejado, quizás el que más satiriza a la sociedad norteamericana es el que protagonizan Tommy y Daly, los cartoons que Bart y Lisa miran hasta descotillarse de la risa.
Estos dibujitos se basan en la pura violencia, mostrando la crueldad que baja desde la pantalla ante la atenta mirada de nuestros niños. Un estudio realizado en la Universidad Internacional Valenciana (VIU) confirma de sobra lo creado en la serie animada de Matt Groenning.
Según el análisis, que toma 19 series de dibujos animados de las principales cadenas infantiles, el 68% contiene escenas violentas. Y dándole la razón a la popularísima serie creada por Groening, Tom y Jerry (inspiración directa de los Tommy y Daly "simpsonianos") aparece como el show con más acciones violentas por minuto, con algo menos de un acto violento por minuto.
La autora del trabajo, Alejandra Benítez, es maestra especializada en Educación Infantil y alumna del máster de
Prevención e Intervención Psicológica en Problemas de Conducta en la Escuela de la VIU, la primera universidad audiovisual, online e interactiva de España. La elección de la programación estudiada se centró en series de dibujos animados y no cualquier otro tipo de serie aunque también estuviera dirigida al público infantil, fijado en niños de 4 a 12 años.
Según el análisis, se determinaron las características del perfil del agresor, tomando sexo, edad, apariencia, acción individual o de grupo, personaje y calificación del rol. Los resultados dieron como asociación al agresor con un personaje varón (87,85%); adulto (49,84%); de apariencia humana (54,31%); en acción individual (92,97%); es un personaje habitual en la serie (40,25%) y desempeña el papel de bueno (44,72%).
Respecto al tipo de violencia más frecuente, lo más habitual es la violencia física (38,01%), seguida de la que emplea armas u objetos (29,07%), la no verbal (12,77%), las amenazas (11,50%) y por último la verbal (8,62%). Pero un detalle importantísimo es la ausencia de consecuencias de ésos actos, que en un 84% no aparecen, en un 15,97% solo lo hace de manera leve.
Si partimos de estudios donde se concluye que los niños son factores claves en el consumo del hogar, los contenidos de los programas dirigidos a éste segmento resultan de vital importancia para las marcas que buscan invertir en auspiciar dichos contenidos. Un hogar con niños de hasta 12 años se gasta entre un
6% y un 13% que en uno formado solo por adultos.
Las empresas no desconocen este dato, al mismo tiempo que tampoco desconocen la imagen que se consolida entre los padres ante contenidos cada vez más violentos. En respuesta a esto, comienzan a surgir programas en el extremo opuesto, más educativos y menos violentos, como "Dora, la exploradora" o "Pepa Pig". Con el tiempo
veremos si la tendencia se consolida o los golpes seguirán liderando la pantalla infantil.