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Fiebre naranja y nuevos aires con el glamour de Máxima

Miércoles, 30 de enero de 2013 21:03

El simbólico color naranja se hace más estridente en estos días. Los holandeses vivan y sonríen en las calles, en las casas y en las oficinas, de la mano de la glamorosa Máxima, la argentina que el 30 de abril se convertirá en reina de los Países Bajos.

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El simbólico color naranja se hace más estridente en estos días. Los holandeses vivan y sonríen en las calles, en las casas y en las oficinas, de la mano de la glamorosa Máxima, la argentina que el 30 de abril se convertirá en reina de los Países Bajos.

Los funcionarios holandeses empezaron con los trámites para el cambio de trono en su monarquía, y agradecieron a la reina Beatriz, quien el lunes anunció su abdicación en favor de su hijo Guillermo Alejandro, casado con la argentina Máxima Zorreguieta.

En La Haya, el Gobierno celebró una sesión extraordinaria por el cambio en el trono, y también en la capital, Amsterdam, comenzaron los preparativos para la ceremonia que se hará en la catedral Nieuwe Kerk.

Y son los propios ciudadanos los que empezaron a encender la fiebre “orange”, advertidos de que en menos de 100 días el país se coloreará de naranja para la celebración.

La fiebre naranja no es solo un fenómeno admirado mundialmente en los torneos de fútbol: a los holandeses les encanta vestir ese color y adornar sus ciudades, pues el naranja está asociado con la casa Orange y simboliza los profundos vínculos con los fundadores del país, que se independizaron del dominio español.

El futuro de la institución monárquica, ahora, está garantizado con la incursión de una civil: la princesa Máxima, quien llenó de aire fresco los viejos palacios y aportó la nota de glamour a los Orange.

Como rey, su marido Guillermo Alejandro está llamado a garantizar el futuro de la monarquía en Holanda. Pero por suerte, dicen los medios, la princesa Máxima está a su lado. Hacen notar que desde que se casaron, hace 11 años, ambos forman un compenetrado equipo. Como nueva pareja real, confían en que el matrimonio mantendrá y perfeccionará su estilo de trabajo.

En Holanda, el sistema político actual es una monarquía constitucional y el monarca es, además, el jefe de Estado, por lo que integra el Gobierno, que es el Poder Ejecutivo local.

“La reina fue una valiosa asesora del Gobierno”, dijo el ex primer ministro socialdemócrata Wim Kok, mientras que el director gerente de Philips, Frans van Houten, ensalzó sus “fantásticos logros” para la economía del país. El martes casi todos los diarios del país publicaron un suplemento, en su mayoría de color naranja, en el que recordaron los 33 años de reinado de Beatriz, en tanto artistas y políticos de todos los partidos alabaron su mandato. Gran parte de la población considera que con el reinado de Guillermo se abrirá una nueva era, con un monarca “más abierto, moderno y más cercano al pueblo que su madre”.

Máxima conquistó rápidamente la simpatía de los holandeses por su belleza y su sonrisa y, sobre todo, por la rapidez con que aprendió el idioma de su país de adopción, que habla perfectamente.

“El (Guillermo) es un buen tipo. Espero que sea magnífico como su madre”, dijo, sonriendo, Leo van der Host, de 65 años, al pasar delante del palacio en su jogging matinal. “Además tiene una esposa extraordinaria que todo el mundo adora”, agregó el holandés, según la agencia DPA.

  “Es un honor tremendo”

La princesa Máxima de Holanda afirmó ayer que es “un honor tremendo” seguir los pasos de su suegra, Beatriz, y convertirse en reina, en sus primeras palabras pronunciadas en público tras el anuncio de la abdicación de la monarca a favor de su hijo Guillermo.

Máxima se mostró consciente del peso que recaerá sobre ella y su esposo pero señaló que todo ese trabajo será “agradable”.

La princesa de Holanda participó ayer en la cumbre “Alimentar al mundo”, un congreso sobre métodos para acelerar el progreso en coordinación con los esfuerzos para enfrentar la crisis de seguridad alimentaria en el planeta.

La princesa Máxima será la segunda latinoamericana en sentarse en un trono europeo, después de que el 7 de octubre de 2000 la cubana María Teresa Mestre, esposa del Gran Duque de Luxemburgo, se convirtiera en la gran duquesa del país centroeuropeo.

La reina Silvia de Suecia también tiene orígenes latinoamericanos, ya que su madre, Alice Soares de Toledo, era una dama de la alta sociedad brasileña de San Pablo.

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