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Los“ni-ni”hacen ruido en el desarrollo social

Domingo, 20 de octubre de 2013 01:44

Como si Argentina aún fuera un país joven, también se debaten las viejas cuestiones sociales al calor de los conceptos y las estadísticas.

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Como si Argentina aún fuera un país joven, también se debaten las viejas cuestiones sociales al calor de los conceptos y las estadísticas.

Recientemente, en el último Coloquio de Idea, los chicos que no trabajan ni estudian (sociológicamente nombrados como “ni-ni”) tuvieron su panel en la reflexión empresaria. El término no es ambiguo ni peyorativo y fue usado, ya hace años por primera vez por el gobierno británico, inclusive por organismos de las Naciones Unidas. La política pública y los economistas que la planifican los tienen en cuenta. Estos jóvenes forman parte en el cálculo de la distribución individual del ingreso. Y todo por que por sus características ni-ni, no permiten un desarrollo social expansivo.

Franja etaria

 

En el país los ni-ni son 1.300.000 personas con esa condición. En un amplia franja etaria los jóvenes que hoy son visibles para economistas, hombres de negocios y funcionarios, tienen entre 16 y 29 años de edad.

¿Y por qué preocupan tanto? La repuesta primaria sería que los ni-ni serán los que atraigan una parte del gasto social. Para atenderlos, siguiendo una política de desarrollo social, hace falta destinar 1,5% del presupuesto nacional. En la falencia de lo óptimo, el actual presupuesto asignado a los ni-ni llega a cubrir a 100 mil de estos chicos en riesgo social.

El debate entonces en la Argentina de los ni-ni es qué es el gasto social desde una perspectiva sectorial, es decir para una parte vulnerable de la población. Lo que se vino haciendo hasta ahora es una economía lineal, se practica la distribución del ingreso en forma funcional más que de persona a persona.

Las estadísticas argentinas cierran 2013 indicando que hay $ 43.000 millones del gasto social y, así no alcanzan par los ni-ni. La gran cantidad de recursos para el gasto social no es extensible a algunos excluidos. Del total de jóvenes, 17% son ni-ni. Esta cifra impacta en el total de la ocupación general del país. Solo 45% de la población económicamente activa tiene pleno empleo (ingreso mínimo, estabilidad y seguridad social), mientras que 8 millones de personas carecen de trabajo decente y no acceden a la seguridad social.

Los testimonios de líderes sociales

En la reunión de Idea la consultora privada PwC presentó testimonios filmados sobre los ni-ni, una generación a la que no le importa el liderazgo comunitario, vive en el desencanto. La problemática mostrada fue el limbo existencial de estos jóvenes que no marcan tendencias colectivas, tal como logran algunos chicos twitteros. Los testimonios describieron a quiénes integran el arco de 17% de ni-ni. Las voces mostradas son datos de un análisis cualitativo en base a una práctica de campo. Los líderes sociales testimoniaron en Idea sobre el trabajo que hacen con los ni-ni.

El limbo económico para una generación

En la actual economía de la globalización, el desempleo marca a la educación, la tatúa. Es por eso que las competencias laborales nuevas, los fracasos escolares y el estilo de vida de algunos jóvenes, están determinando la nueva categoría sociológica de todo una generación: la ni-ni. Los economistas de la educación también estudian el impacto de los ni-ni en el sistema de aprendizaje. Un dato que tienen en cuenta es el incremento de la cantidad de jóvenes que permanecen en el sistema educativo, aumentado tanto en el grupo de 15 a 19 años como en el sector de 20 a 29 años. En el caso de Argentina, está el fenómeno presentado en forma doble: por una parte hay deserción en el secundario y, por otra, cronicidad en el nivel universitario. Tanto en un tipo de enseñanza como en la otra, aparecen fricciones para los jóvenes que ponen en alza el abandono prematuro del sistema educativo. Eso termina de conformar los atributos de la categoría ni-ni: no estudian, no trabajan por faltarles competencias laborales requeridas en la nueva economía ni buscan ocuparse porque para ellos escasean los puestos de trabajo. Comienza así un largo desempleo que puede hacerse permanente.

En Argentina aún la tasa de desempleo baja con el nivel de educación y los ni-ni son el otro lado de la economía de resultados. Tienen una posición indiferente ante la ecuación de que a lo consumido se lo produce. Son un limbo económico para las políticas públicas sustentadas en la cultura joven en ruptura con la época.

 

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