La Vuelta de los Valles puso en marcha ayer una edición que no dejó de marcar la belleza de los autos clásicos.
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La Vuelta de los Valles puso en marcha ayer una edición que no dejó de marcar la belleza de los autos clásicos.
Lo hizo cumpliendo la primera etapa del rally que, luego de varios años, regresó al encantador paisaje del camino rumbo a Cachi.
“Un paseo por las nubes” que no pasó desapercibido ni para los pilotos ni para quienes se encontraron con él en medio de la cuesta del Obispo.
La tradicional carrera se puso en marcha a primera hora desde el monumento a Gemes con la llegada de cada uno de los vehículos, dando forma a reunión de amigos que con el correr de los minutos fue transformándose en una competencia en la que todos quisieron tomar parte y que hoy completará la segunda y última etapa del trayecto con el retorno a nuestra ciudad.
Marcas, modelos, años y sobre todo la familia fueron ocupando un lugar dentro de la caravana que se extendió hasta la localidad vallista, entrado el mediodía y con el sol como principal invitado.
Desde un Ford A (doble Phaeton) 1928 conducido por Héctor Moisés hasta el BMW 318 1981 conducido por Gabriel Odriozola, la competencia puso en marcha una amplia gama de autos clásicos donde los años se reflejaron en verdaderas muestras de gran calidad.
El Jaguar e-Type 1971 conducido por Joaquín Gozal fue el que se llevó todas las miradas y el Triumph TR 3 B de 1962, conducido por Fernando Nocetti, fue no solo el que portaba el número 1 sino el que cuenta con mayores chances de repetir campeonato.
La fiesta no se terminó y hoy el rally de autos clásicos más esperado por los salteños emprenderá el regreso con más adrenalina de lo habitual: la coronación de los campeones que tendrá lugar en el casino de oficiales (instalaciones del Ejército), pero manteniendo en los pilotos y en la afición el recuerdo de Abel Sierra, principal motivo por el que muchos eligieron decir presente en esta 10ª edición. Más allá de los logros competitivos, decidieron reunirse para demostrar una vez más que si de amistad y camaradería se trata, ellos marcan el ritmo.
Color, emoción y mucha alegría compartida
La puesta en marcha de la 10ª edición de la Vuelta de los Valles estuvo caracterizada por la emoción y el color de regresar a una travesía que desde el 2006 no se realizaba. La ruta nacional 68 fue la que albergó a los casi treinta vehículos que completaron la hoja de ruta de la primera etapa. “El trayecto nos permitió experimentar lo que eran aquellos primeros rallys que se corrían en tierra. Una experiencia muy buena, pero sobre todo que vivimos con mucha alegría al ver que estamos juntos y cumpliendo objetivos que lo habíamos trazado con Abel (Sierra)” destacó Federico Mateo, quien desde el fallecimiento del reconocido dirigente cumple la función de presidente del club Autos de Colección Salta.
La presencia familiar marcó tendencia en el inicio del rally de autos clásicos. Padres e hijos, hermanos, primos, esposos. Una postal que se repitió en muchos vehículos y en la que todos coincidieron a la hora de destacar la unión entre ellos. Uno de los binomios que culminó la primera etapa “en casa” fue el compuesto por Cayetano Choque quien junto a su nieto Facundo Romagnoli (a bordo de un Ford Falcon 1971) representaron al pueblo cacheño. Don Choque forma parte del Club Autos Colección Salta desde hace 4 años en los que nunca había tenido la oportunidad de participar rumbo a casa. “Estoy muy contento y orgulloso de llegar a mi pueblo en una competencia que antes la veía solamente en los medios”, dijo.