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Una agresión inexplicable que amenaza a cualquiera

Sabado, 30 de noviembre de 2013 01:58

El 9 de octubre pasado, Eduardo Sebastián Juárez, de 36 años, de profesión vendedor, fue apuñalado con un cuchillo de tipo sierrita cerca de la esquina de Islas Malvinas y Alvarado. El agresor es un hombre de 28 años, que lo atacó por la espalda, sin darle la oportunidad de defenderse. La identidad del acusado fue motivo de dudas que persisten. El se identificó como Miguel Orlando Morales y aseguró no recordar el número de su DNI. Luego se estableció que se trataría de Diego Raúl Fernández, cuyo DNI, según consta en las actas policiales y en el expediente judicial, es 31.590.436.

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El 9 de octubre pasado, Eduardo Sebastián Juárez, de 36 años, de profesión vendedor, fue apuñalado con un cuchillo de tipo sierrita cerca de la esquina de Islas Malvinas y Alvarado. El agresor es un hombre de 28 años, que lo atacó por la espalda, sin darle la oportunidad de defenderse. La identidad del acusado fue motivo de dudas que persisten. El se identificó como Miguel Orlando Morales y aseguró no recordar el número de su DNI. Luego se estableció que se trataría de Diego Raúl Fernández, cuyo DNI, según consta en las actas policiales y en el expediente judicial, es 31.590.436.

Eduardo Juárez quedó tendido en la vereda. A su lado estaba el cuchillo que el agresor abandonó antes de escapar. Cuando llegó la policía, Juárez estaba siendo atendido por los médicos que llegaron al lugar convocados por las personas que pasaban por allí y que se solidarizaron con la víctima. La primera información, emanada de fuentes policiales extraoficiales, hablaba de una riña y añadía versiones acerca de supuestos antiguos enfrentamientos y rivalidades. Incluso, se habló de cuestiones de amoríos entre la víctima con la pareja del más joven.

En la documentación actual del caso, nada se dice de riñas ni de amoríos. Morales (o Fernández), según el escrito, no tiene pareja ni un domicilio precisado con exactitud. Tampoco se establece en forma definitiva si vive en villa Juanita o en la provincia de Jujuy. El acusado declara que es lustrabotas y que duerme en la calle, y que en Jujuy tiene antecedentes penales.

Con respecto al ataque contra Juárez, se negó a declarar. En cambio, su prontuario incluye antecedentes penales de robo, hurto, hechos de violencia y exhibiciones obscenas.

La carátula del caso es “lesiones”. Las heridas que sufrió Eduardo Sebastián Juárez fueron graves y pudieron ser mortales. La hoja del cuchillo penetró a la altura del tórax, entre las costillas y las vértebras. Cuando las lesiones lo permitieron, Juárez hizo la denuncia penal, declaró ante la fiscal Liliana Jorge y participó de una rueda de reconocimiento donde identificó al agresor.

“Yo nunca había visto a ese hombre y no tuve ninguna discusión con él. Me atacó de atrás, sin darme la oportunidad de defenderme. Fue una conducta que no me puedo explicar”, dijo ayer Juárez al explicar la situación en una entrevista con El Tribuno. “Se publicó que yo andaba con una mujer, que yo actué como un "bocón' y que salí huyendo después de una riña. Esa es una gran mentira que, lamentablemente, fue publicada en el diario. No hubo pelea, y el expediente es clarísimo en eso. No hubo discusión alguna y, mucho menos, una mujer en el medio”.

El expediente no deja lugar a dudas: nadie, ni policías ni testigos, hablan de una pelea. Solo se sabe que la víctima, como denomina el expediente a Juárez, yacía en el suelo cuando llegaron los médicos.

El caso, caratulado como “lesiones”, se tramita en el Juzgado de Garantías N§ 5, a cargo del juez Héctor Hugo Martínez, en el expediente G01-109614/13.

El agresor, Morales -o Fernández - es defendido por el defensor oficial Guillermo Poliotto, quien pidió la libertad inmediata. La fiscal Jorge fue categórica en el rechazo: además de “las características de las lesiones sufridas por la víctima”, advierte también por “la conducta ejercida y que puede seguir ejerciendo una persona como el señor Morales, que transita armado por la vía pública creando un alto riesgo para la sociedad”.

La víctima no solo sufrió lesiones físicas. El incidente, tal como fue presentado en su momento y que en realidad, según la investigación, es muy diferente, le causó, además, serios problemas laborales y familiares.

 

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