Subió el salario mínimo vital y móvil, pero el aumento es insignificante. Y esto, claro es, porque la inflación complica el panorama y cualquier aumento en el bolsillo del trabajador repercute del mismo modo en los precios.
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Subió el salario mínimo vital y móvil, pero el aumento es insignificante. Y esto, claro es, porque la inflación complica el panorama y cualquier aumento en el bolsillo del trabajador repercute del mismo modo en los precios.
Con $2.875, que es la última suba anunciada sobre el mínimo que un empleado puede cobrar en cualquier punto del territorio argentino, un grupo familiar no puede salir de la pobreza. Conforme los datos expresados por el Indice Barrial de Precios (IBP) que elabora el Instituto de Estudios Sociales Económicos y Política Ciudadana (Isepci) para el mes de diciembre y publicados ayer, el valor de la Canasta Básica Total (CBT) es de $3.532, 81 monto necesario para no caer en la línea de pobreza. La CBT abarca alimentos, servicios, transporte y vestimenta. Claro está que dado los altos índices de informalidad laboral que golpean a la provincia de Salta, la cantidad de personas que cobran por debajo de la mínima es amplísima. Los últimos datos que se publicaron sobre el empleo no registrados, indicaban que estaba por arriba del 40%, y se trata de gente cuyo sueldos están por debajo de lo permitido.
A partir de ese valor, es claro que el mínimo vital y móvil quedó retrasado e incluso convierte a un grupo grande de jefes de familias salteños en pobres. Varió un 1,89% respecto del mes anterior (noviembre), y el movimiento que registra sigue una tendencia alcista.
En tanto que el valor de la Canasta Básica se ubicó en torno a los $1.557,15 durante el mismo período, por tanto aquellos grupos familiares cuya cabeza de manutención perciba un ingreso menor, están debajo de la línea de indigencia, es decir que no llegan a cubrir los 50 alimentos que conforman la canasta tanto del Indec como la del Indice de Precios Barriales.
“El error más grande que observamos es que las políticas sociales se formulan en Salta a través de los datos del Indec. Que no son datos reales, por eso queda tanta gente sin atención”, explicó a El Tribuno, Gustavo Farquharson, director del Isepci en Salta.
Duro con el Gobierno, Farquharson consideró que no se esta dando solución a la gente pobre “sino que está condenada al asistencialismo cuando lo que deberían hacer es generar herramientas que progresivamente le permitan salir de la condición de pobreza, como crear empleos”.
Pobreza
Los niveles de pobreza que el Isepci determinó en Salta capital encienden una alarma. El 35,8% de los capitalinos son pobres, es decir de un total de 534.000 capitalinos, 195.146 no llegan a cubrir la CBT, y la cantidad de personas indigentes asciende a 32.631. Las cifras, altas y preocupantes, vinculan por sí solas a la pobreza con el desempleo y el trabajo informal, y ambas variables ya tomaron características de índole estructural en la Provincia.
El IBP
El Indice Barrial de Precios es una herramienta que ya utilizan todas las sedes que el Isepci posee en distintos puntos del país: Mar del Plata, Chaco, Tucumán, Salta, Córdoba, y el Gran Buenos Aires. En Salta, solo realizan mediciones en la capital, específicamente el relevamiento lo realizan en 80 barrios donde se miden los precios de 250 comercios.
Para medir la Canasta Básica (CB) usan el mismo listado de 50 alimentos en el que se basa el Indec para hacer los cálculos. Además, también realizan cruzamiento de datos con los resultados que arroja la Encuesta Permanente de Hogares y el Indec.
La opinión
“Camine señora, camine”
*Lidia Soraire, presidenta de la Liga Ama de Casa de la Provincia de Salta (80 años)
“La suba de precios hace imposible que la gente pueda vivir dignamente. Es algo insólito lo que estamos viviendo. Los jubilados tienen que hacer malabares para poder mantenerse con la miseria que reciben. No recuerdo, después del Gobierno radical de los 80, haber vivido un período donde todo está tan caro. Me indigna porque se sufre la suba de precios. Le recomiendo a las amas de casa que compren lo necesario, no se excedan. Compren lo justo.Vayan a los almacenes porque volvió la libretita. Y sabe que señora, si la carne está cara...no la compre! Nadie murió por no comer tomate, por ejemplo. Al supermercado hay que ir cuando haya descuentos. Compre y váyase. El consejo que siempre doy es que compren productos que no se vencen rápido. Soy ama de casa y sé lo que cuesta mantener a una familia entera.
Señora, no compre lo que está caro. Acérquese a la Liga de Amas de Casa (San Juan 761) y ahí contamos con recetas económicas que a muchas de nosotras nos trajo resultados muy buenos.
Camine, señora, busque precios. Hay que especular y buscar lo mas barato”.