El merendero “Rincón de los sueños” que se encuentra en el asentamiento Juan Taranto de la ciudad de Orán, puso en marcha una campaña de recolección de libros para crear su biblioteca.
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El merendero “Rincón de los sueños” que se encuentra en el asentamiento Juan Taranto de la ciudad de Orán, puso en marcha una campaña de recolección de libros para crear su biblioteca.
Cristian Santa Cruz, un joven de 19 años, fue el creador de este merendero. Lo acompañan sus padres y dos mujeres solidarias.
Trabajan gracias a donaciones que reciben diariamente de algunos sectores de la comunidad oranense.
El apoyo que reciben es de la Fundación Tabacal, súper Chango Mas, una emisora local y de la firma comercial Don Agustín.
Los niños van desde el periodo de lactancia hasta los 14 años, pero también se recibe en algunas circunstancias a adultos o adolescentes de entre 15 y 18 años que necesitan contención.
El merendero actualmente lleva adelante la creación de la biblioteca, para la cual comenzó una campaña por las redes sociales y los medios de difusión.
Los que deseen colaborar pueden comunicarse por Internet al correo [email protected] o al celular (03878)15305695.
Lo que necesitan son estanterías para ubicar los libros y todo lo que se pueda donar será bienvenido.
Es destacable el espíritu de solidaridad y colaboración desinteresada que muestra Cristian. El Tribuno concurrió al lugar y en diálogo con el joven sobre su actividad explicó que lo que lo impulsa “es ayudar a los chicos. Yo también soy de escasos recursos como todos los que concurren al merendero, que viven en el asentamiento y en barrios colindantes, y sé cuál es la realidad y la necesidad de muchos de ellos; hasta el día de hoy nosotros en mi casa también pasamos necesidades y muchas veces los que más sufren y pagan esta situación son los más chicos. El amor me lleva a ser solidario con ellos”.
Cristian también reveló una realidad que muchos saben y no la cuentan. “A pesar de que los padres cobren el salario universal o trabajen, siempre tienen necesidades, porque muchos de ellos priorizan los gastos en los vicios, el alcohol, la coca, los cigarrillos, los bailes y lo que menos hacen es pensar en la comida de sus hijos”, sentenció Cristian.
En la actualidad van más de 250 niños a los cuales se los atiende en la casa del joven y sus padres.
“Los niños concurren únicamente por las tardes y ahí les ofrecemos anchi, arroz con leche, mazamorra, mate cocido con pan casero. Ellos van llegando paulatinamente y vamos atendiéndolos por grupos, porque es lo que da el espacio que tenemos”, explicó Cristian, quien además se ocupa de jugar con ellos.