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Confusión, escape por los techos y copamiento de una sede en el Ippis

Miércoles, 06 de febrero de 2013 08:57

Gente escapando por los techos; alrededor de 50 personas tomando por la fuerza un edificio público; versiones totalmente opuestas e incertidumbre son algunas de las cosas que se vivieron ayer en otra nueva jornada cargada de polémica dentro de la delegación que tiene en la capital salteña el Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta, el Ippis. Los representantes de cinco etnias originarias, que conforman la mayoría entre los nueve vocales que tienen que elegir al presidente del organismo, afirmaron haber elegido en ese acto a una nueva autoridad frente al escribano de la Provincia. Pero según la versión oficial, la presidencia sigue sin definirse y el documento que firmaron los nueve vocales no registra el resultado de una votación, sino “la expresión de voluntad de cada uno de los vocales”.

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Gente escapando por los techos; alrededor de 50 personas tomando por la fuerza un edificio público; versiones totalmente opuestas e incertidumbre son algunas de las cosas que se vivieron ayer en otra nueva jornada cargada de polémica dentro de la delegación que tiene en la capital salteña el Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta, el Ippis. Los representantes de cinco etnias originarias, que conforman la mayoría entre los nueve vocales que tienen que elegir al presidente del organismo, afirmaron haber elegido en ese acto a una nueva autoridad frente al escribano de la Provincia. Pero según la versión oficial, la presidencia sigue sin definirse y el documento que firmaron los nueve vocales no registra el resultado de una votación, sino “la expresión de voluntad de cada uno de los vocales”.

El 23 pasado, en Salta, cinco de los nueve vocales, nombraron al frente del instituto a Enrique Arello, de la etnia guaraní. Un día después, en la sede del Ippis en Tartagal, los cuatro vocales restantes, identificados con el último presidente oficial y vocal de la etnia wichi, Indalecio Calermo, eligieron como autoridad a Demy Sosa, del pueblo toba, generando una doble conducción en el organismo. A raíz de eso la ministra de Derechos Humanos, María Pace, pidió a todos los vocales que alcancen un acuerdo y hasta mencionó la posibilidad de una intervención.

Ayer por la tarde, Marcos García, chorote; Juan Vega, tapiete, Luis Mojica, chané y Juan González, de la etnia chulupi festejaban lo que pensaban que era la confirmación oficial de Arello como presidente. Por la mañana habían expresado su voluntad frente al escribano del Gobierno, en lo que pensaron que era un acto de sufragio. Pasado el medio día, después de alcanzarse la firma de los nueve vocales, un grupo de alrededor de 50 aborígenes que responden a la facción de Calermo, ingresó por la fuerza al edificio del Ippis en Salta. La mayoría que apoya al guaraní Arello, que temían agresiones físicas improvisaron la salida por una ventana y escaparon por los techos y medianeras de las casa vecinas junto a parte del personal administrativo, entre los que se encontraba una contadora.

“Después de 20 días en la ciudad, fuera de nuestras comunidades y sin definiciones podemos decir que en el IPPIS asumió una nueva generación de dirigentes aborígenes dispuestos a terminar con una vieja forma de hacer política. Cada uno pudo defender su postura y expresar su voto en democracia”, dijo el presidente de la mayoría. Pero según la versión oficial ayer no se definió ninguna autoridad.

“No existió votación alguna. Se labró un acta con la voluntad que expresaron todos los vocales. Cinco de ellos sostenían que el presidente era Arello, porque lo eligió la mayoría. Pero los otros cuatro vocales dijeron que no iban a votar hasta conocer el resultado de un recurso de amparo presentado en la Justicia y que tiene que determinar si fue legal o no la elección hecha por esta minoría en la sede Tartagal”, dijo el secretario de Desarrollo Comunitario, Ricardo Echenique.

“No querían votar. Decían que la votación de Tartagal era legal y que la nuestra no, pero finalmente votaron en el acta. A partir de hoy solo pensamos en el desarrollo que necesitan las comunidades”, dijo Arello.

“Fue vergonzoso salir por los techos”

“El Gobernador apareció en medio de la votación y dijo que si alguien lograba la mayoría, el resto debería respetarla. Fue muy claro y nos dejó tranquilos. Nos pidió que de ahí mismo salga un presidente, para empezar a trabajar de inmediato. El escribano contó los votos al final y con la mano marcó cinco para Arello y cuatro para Sosa. Es vergonzoso que tengamos que escaparnos por los techos y por eso buscamos un cambio. Pero el cambio somos nosotros”, contó Juan González, vocal de la etnia chulupí.

Según los testimonios, después de la firma del acta, el grupo de aborígenes que esperaba en la puerta del edificio escuchó por unos instantes a Calermo sobre la vereda y luego ingresaron por la fuerza al instituto que, hasta las siete de la tarde de ayer, continuaba tomado por al menos 15 aborígenes. “No hay dignidad en las acciones de Calermo, pero estamos enfocados en otra cosa, que es llevarle soluciones a nuestra gente. No somos oposición de nadie, salvo de la pobreza y las necesidades”, opinó por su parte Arello.“Creo en la posibilidad de que los delegados encuentren un camino y que de la reunión salga un presidente”, había dicho Urtubey en la puerta del Ippis.
 

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