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La Magistratura debe resolver si Bavio sigue en el juzgado

Miércoles, 13 de marzo de 2013 12:14

La Cámara Federal de Salta evaluó el pedido del abogado Víctor Hugo Belmont para que Julio Leonardo Bavio cese en la subrogación del Juzgado Federal 1; en consideración a la “evidente gravedad institucional que reviste la cuestión”, el tribunal remitió las actuaciones al Consejo de la Magistratura.

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La Cámara Federal de Salta evaluó el pedido del abogado Víctor Hugo Belmont para que Julio Leonardo Bavio cese en la subrogación del Juzgado Federal 1; en consideración a la “evidente gravedad institucional que reviste la cuestión”, el tribunal remitió las actuaciones al Consejo de la Magistratura.

Belmont había planteado a la Cámara que dispusiera el cese de Bavio debido a que su pliego había sido rechazado por el Senado de la Nación que consideró que “no reúne las condiciones para ejercer la magistratura en el cargo que actualmente ocupa”.

Con la firma de los jueces Renato Rabbi Baldi, Jorge Luis Villada y Roberto Loutayf Ranea el cuerpo colegiado remitió el lunes la denuncia de Belmont al Consejo, a la Cámara Nacional Electoral - porque el juzgado donde está Bavio tiene competencia electoral- y a la Cámara Federal de la Seguridad Social.

Cuatro años sin acuerdo

Bavio es subrogante desde el año 2009 y llegó al cargo gracias a las gestiones del abogado Horacio Aguilar, ex miembro de la Cámara Federal y ahora asesor del gobernador Juan Manuel Urtubey.

La designación como subrogante fue objetada durante el tratamiento del pliego en la Cámara alta en razón de que fue nombrado por la misma Cámara Federal cuando Aguilar era uno de sus miembros. El Juzgado Federal 1 de Salta está vacante desde 2008, cuando su anterior titular, Abel Cornejo, se incorporó a la Corte provincial.

En ese momento, no se contaba con una lista de conjueces en la jurisdicción y era imposible, al parecer, elegir a un magistrado con el debido acuerdo. En razón de esa “particular situación” se aprobó la designación con carácter de emergencia, pero se prolongó aun después de dos fracasos: el examen para concursar como juez y el rechazo de los antecedentes.

Fue justamente el vínculo con Aguilar y con el Poder Ejecutivo provincial el argumento que esgrimió el Senado para rechazar el pliego para su acuerdo para el mismo cargo, en diciembre pasado

En 2011, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, había enviado y luego retirado el pliego del abogado tucumano Edgardo López Herrera, quien había obtenido el puntaje más alto en el concurso, donde Bavio resultó segundo. De la mano de Urtubey, ingresó entonces el cartapacio del subrogante, quien fue impugnado por el propio Belmont y por el dirigente Jorge Nelson Montoya.

El dictamen final del Senado fue lapidario al referirse a la intervención de Bavio en la reforma de la Carta Orgánica del Partido Justicialista, ocurrida en 2009, apenas él había asumido como subrogante, cuando Urtubey impulsó la creación de una Comisión de Acción Política para controlar el partido.

Vínculos comprometedores

El 29 de noviembre, la Comisión de Acuerdos se pronunció en forma definitiva. El dictamen fue firmado por los senadores Salvador Cabral, Miguel Pichetto, Carlos Verna, Alfredo Martínez, Pablo González, Juan Manuel Irrazábal, Beatriz Rojkes de Alperovich, María Laura Leguizamón, Gerardo Rubén Morales, Walter Barrionuevo, Horacio Lores y Adolfo Rodríguez Saá.

El dictamen de los senadores destaca que Bavio no es “independiente por el ascendiente moral que ejerce sobre él el doctor Aguilar...”.

Los senadores rechazaron sus descargos y concluyeron que “de los antecedentes cotejados” se desprende que el doctor Bavio no aparece con la idoneidad que requiere el cargo de juez federal y, en consecuencia, el Senado no presta su acuerdo a la presidenta de la Nación para designarlo”.

La Cámara respondió ayer al planteo de Belmont, fundado en ese dictamen que lo inhabilitaría explícitamente para la magistratura, puntualizando que, con un procedimiento excepcional, Bavio fue designado en marzo de 2009 como subrogante por el tribunal, en una acordada convalidada luego por la Suprema Corte de Justicia de la Nación hasta tanto “se cuente con una lista de conjueces o se llenen las vacantes”.

Como ninguna de esas circunstancias se produjo y como, a pesar del rechazo en el Senado, Bavio no renunció, todo queda ahora en manos del Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la Nación al que “corresponde el ejercicio de facultades disciplinarias y remoción de magistrados”.

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