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Jardinerito casi pierde la vida en una guardería

Viernes, 08 de marzo de 2013 19:30

Un gravísimo accidente sufrió un jardinerito la mañana del jueves 28 de febrero pasado en un Centro de Desarrollo Infantil perteneciente al Ministerio de Derechos Humanos de la Provincia.
El establecimiento oficial se encuentra ubicado en una vivienda particular, en el barrio 2 de Abril, al este de esta capital, donde el niño Daniel Mamaní, de cuatro años, cayó de un juego infantil (según la versión oficial) cerca del mediodía, sufriendo una gravísima lesión cerebral que no fue visualizada por los docentes presentes, los que optaron por acostar al pequeño. El pequeño Daniel se durmió y entró en coma y hasta anoche no despertó, a pesar de haber sido intervenido quirúrgicamente en una clínica privada de la capital. La negligencia de los docentes y las posteriores maniobras oficiales para silenciar a los familiares de la pequeña víctima fueron relatadas a este medio por la madre; el padre, la abuela y la bisabuela de Daniel, quienes fueron expulsados junto con este medio del hall de la clínica donde se desarrollaba la denuncia pública, y concluyeron la misma en la calle.
A pesar del brutal incidente, Mirian Mamaní (24) denunció que a las 14.10 recibió un llamado en el que la alertaban acerca de un “pequeño” accidente sufrido por su hijo. Cuando llegó al Centro de Desarrollo Infantil “Mi Refugio”, halló a su hijo en coma y no pudo despertarlo: “Sufrió una caída, no es nada”, me dijo Laura Paz, la maestra. “Pero no pude despertarlo. Le dije porqué no llamaron al Samec y me volvieron a decir que era apenas un ‘golpecito’”.
“Ante tamaña revelación tuve que llevarme a mi hijo al hombro, como si fuera una bolsa, hasta mi casa. Para ello fui ayudada por otra madre que es testigo de esta injusticia. De allí, fui en remise hasta la clínica Güemes”, contó. “Apenas lo vio, el pediatra me dijo que tenían que hacerle una tomografía porque estaba en coma hacía ya varias horas”, agregó.
“Poco después lo operaron y aquí estoy, sin saber nada de lo que ocurrió, de la cadena de encubrimiento que siguió al accidente, de la negligencia criminal y del abandono de mi hijo en un espantoso catre de un centro para grupos en vulnerabilidad social”, denunció. “Hoy, cansada de las promesas de que se va sanar, que van a pagar los costos de internación, de las visitas de funcionarios y de las promesas a cambio de silencio, no di más y me fui hasta la comisaría 1 y denuncié lo que consideramos junto a mis padres y a mi esposo un crimen contra la niñez”, se quebró.

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Un gravísimo accidente sufrió un jardinerito la mañana del jueves 28 de febrero pasado en un Centro de Desarrollo Infantil perteneciente al Ministerio de Derechos Humanos de la Provincia.
El establecimiento oficial se encuentra ubicado en una vivienda particular, en el barrio 2 de Abril, al este de esta capital, donde el niño Daniel Mamaní, de cuatro años, cayó de un juego infantil (según la versión oficial) cerca del mediodía, sufriendo una gravísima lesión cerebral que no fue visualizada por los docentes presentes, los que optaron por acostar al pequeño. El pequeño Daniel se durmió y entró en coma y hasta anoche no despertó, a pesar de haber sido intervenido quirúrgicamente en una clínica privada de la capital. La negligencia de los docentes y las posteriores maniobras oficiales para silenciar a los familiares de la pequeña víctima fueron relatadas a este medio por la madre; el padre, la abuela y la bisabuela de Daniel, quienes fueron expulsados junto con este medio del hall de la clínica donde se desarrollaba la denuncia pública, y concluyeron la misma en la calle.
A pesar del brutal incidente, Mirian Mamaní (24) denunció que a las 14.10 recibió un llamado en el que la alertaban acerca de un “pequeño” accidente sufrido por su hijo. Cuando llegó al Centro de Desarrollo Infantil “Mi Refugio”, halló a su hijo en coma y no pudo despertarlo: “Sufrió una caída, no es nada”, me dijo Laura Paz, la maestra. “Pero no pude despertarlo. Le dije porqué no llamaron al Samec y me volvieron a decir que era apenas un ‘golpecito’”.
“Ante tamaña revelación tuve que llevarme a mi hijo al hombro, como si fuera una bolsa, hasta mi casa. Para ello fui ayudada por otra madre que es testigo de esta injusticia. De allí, fui en remise hasta la clínica Güemes”, contó. “Apenas lo vio, el pediatra me dijo que tenían que hacerle una tomografía porque estaba en coma hacía ya varias horas”, agregó.
“Poco después lo operaron y aquí estoy, sin saber nada de lo que ocurrió, de la cadena de encubrimiento que siguió al accidente, de la negligencia criminal y del abandono de mi hijo en un espantoso catre de un centro para grupos en vulnerabilidad social”, denunció. “Hoy, cansada de las promesas de que se va sanar, que van a pagar los costos de internación, de las visitas de funcionarios y de las promesas a cambio de silencio, no di más y me fui hasta la comisaría 1 y denuncié lo que consideramos junto a mis padres y a mi esposo un crimen contra la niñez”, se quebró.

“No había por qué denunciar”

Para la subsecretaria de Grupos en Situación de Vulnerabilidad Social, Fabiana Avila, dijo que el accidente ocurrido en el Centro de Desarrollo Infantil “Mi Refugio” no tenía por qué denunciarse. “No había sangre ni señales visibles de la gravedad de la caída, se obró como el protocolo lo establece”, aseguró.
“No entiendo cómo tomó estado público este incidente, si nunca nadie lo denunció. Sin embargo, al ser informada la funcionaria acerca de las precisiones que dio la madre de la víctima a este medio, la subsecretaria aseguró que fue sólo un lamentable accidente y no había porque denunciarlo y menos investigarlo”.
“Tenemos 51 centros de este tipo en la provincia, a los que asisten pequeños de 6 meses a 4 años”.
Periodistas de este medio intentaron dialogar ayer con las autoridades del centro que funciona en una casa de familia en el barrio 2 de Abril, pero estos dijeron que no podían dar informaciones por un secreto impuesto por altos funcionarios del área”, dijeron. Finalmente, padre vecinos y parientes denunciaron públicamente que nadie les explicó hasta ahora cómo ocurrió la desgracia. Todo, todo es falso, sólo los médicos se sinceraron y nos dijeron que no fue un pequeño golpe, fue un espantoso trauma que produjo un coágulo que invadió la mitad del cerebro. Mi hijo llegó en coma y casi en estado desesperante, ¿Cómo se entiende esto?

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