En un momento especial del mercado cambiario donde se intensifica la demanda por el dólar, un dato alentador llegó para mejorar las perspectivas. En abril comenzó la liquidación de la cosecha de soja y el BCRA logró comprar, en todo el mes, US$ 600 millones, luego de un primer trimestre donde no había podido comprar divisas por exportaciones a la baja debido a la mala cosecha de trigo y mayor demanda de divisas para viajes y turismo.
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En un momento especial del mercado cambiario donde se intensifica la demanda por el dólar, un dato alentador llegó para mejorar las perspectivas. En abril comenzó la liquidación de la cosecha de soja y el BCRA logró comprar, en todo el mes, US$ 600 millones, luego de un primer trimestre donde no había podido comprar divisas por exportaciones a la baja debido a la mala cosecha de trigo y mayor demanda de divisas para viajes y turismo.
El escenario
Pese a que el BCRA en abril compró dólares, no se vio incrementado el stock de reservas, debido a que, al mismo tiempo, el Tesoro Nacional afrontó vencimientos de deuda pública por US$ 450 millones (pagos por el Boden 2013 y Boden 2015), se produjo una merma en los depósitos privados por US$ 60 millones y la caída del precio del oro generó una pérdida patrimonial al Banco Central por US$ 100 millones. A raíz de esta situación y debido a turbulencias por mayor demanda de la divisa, las Reservas Internacionales de la entidad rectora, a fin de abril cayeron US$ 700 millones respecto del mes previo. Esta circunstancia se repitió con mayor intensidad en los primeros días de mayo.
Dado que habitualmente, en el mes de mayo se produce el pico estacional de liquidación de cosecha de soja, proyectamos que el BCRA logrará comprar (restricciones mediante) por lo menos US$ 1.200 millones, es decir el doble de lo que compró en abril.
Recordamos que el año pasado, con una menor cosecha el Banco Central compró US$ 3.000 millones entre abril y mayo, mientras que este año para igual período y de acuerdo al movimiento estimamos US$ 1.800 millones, pese a las restricciones y la mejor cosecha.
Un punto no menor es que con la llegada de los “sojadólares” el tipo de cambio paralelo amplío la brecha con el oficial, hasta alcanzar el 100%, lo que haría presumir que parte de los pesos que recibe el productor por liquidar su exportación encuentra un destino en razón de que existe una mayor impresión de dinero que se inyecta en el mercado.