Miles de palestinos salieron ayer a las calles en Cisjordania y Gaza para conmemorar el 65 aniversario de su desplazamiento en masa durante la guerra que sucedió a la fundación de Israel en 1948.
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Miles de palestinos salieron ayer a las calles en Cisjordania y Gaza para conmemorar el 65 aniversario de su desplazamiento en masa durante la guerra que sucedió a la fundación de Israel en 1948.
Cada 15 de mayo, los palestinos recuerdan la “nakba”, o catástrofe, el término que usan para denominar su desplazamiento. Cientos de miles de personas, se calcula que unas 750.000, huyeron o fueron desalojadas durante la lucha.
La disputa sobre la situación de esos palestinos y sus descendientes, ahora varios millones de personas, continúa como uno de los principales conflictos entre árabes e israelíes.
Israel considera el retorno de los palestinos como un suicidio demográfico y espera que los desplazados y sus descendientes sean acogidos por un futuro Estado palestino.
Las sirenas sonaron al mediodía en Cisjordania durante 65 segundos, el número de años desde 1948. Miles de personas marcharon en Ramallah desde la tumba del fallecido líder palestino Yasser Arafat hasta el centro de la ciudad. Muchos vestían luto y exhibían banderas palestinas y grandes llaves como símbolo de los hogares que dejaron atrás.
“El derecho al retorno no morirá”, entonaban los manifestantes. Las escuelas cerraron al mediodía y los padres llevaron a sus hijos a la manifestación. Un millar de personas marchó hacia la sede de las Naciones Unidas en Gaza. “Volveremos. Nunca abandonaremos ni comprometeremos nuestra tierra”, entonaban los manifestantes, miembros de Hamas, Yihad Islámico y otras facciones palestinas. El presidente Mahmud Abbas habló al pueblo el martes por televisión y dijo que la causa palestina ganó aceptación internacional el año pasado con el reconocimiento de la ONU de un Estado palestino.
Silencio de Israel ante plan de paz
La iniciativa de paz mejorada de la Liga Arabe ofrece a Israel todo lo que alguna vez soñó: relaciones normales con toda una región que siempre se ha opuesto a la existencia del Estado judío e incluso la posibilidad de conservar tierras ganadas durante la guerra.
Pero 15 días después de que el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, convenció a los árabes de replantear su oferta de 2002, Israel mantiene un extraño silencio, y los críticos acusan a Benjamin Netanyahu de desaprovechar una oportunidad histórica.
La iniciativa de 2002, aprobada por 57 miembros árabes, ofrecía la normalización de las relaciones de Israel a cambio de una retirada total de los territorios capturados en 1967. Ahora, en un avance significativo, Kerry convenció a la Liga Arabe de mejorar la iniciativa con una oferta para que las fronteras definitivas entre Israel y Palestina pudieran ser modificadas con respecto a las líneas de 1967 mediante acuerdos conjuntos. Esta significativa enmienda podría abrir el camino para que Israel conserve algunos de sus asentamientos, así como los lugares santos en Jerusalén oriental.