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Un abril sangriento en Irak: 712 muertos

Jueves, 02 de mayo de 2013 22:24

Con 712 muertos y 1.633 heridos, abril de 2013 se convirtió en el más sangriento en Irak desde junio de 2008, informó ayer la misión de la ONU en el país árabe, Unami.

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Con 712 muertos y 1.633 heridos, abril de 2013 se convirtió en el más sangriento en Irak desde junio de 2008, informó ayer la misión de la ONU en el país árabe, Unami.

En un comunicado, la Unami precisó que el mes pasado murieron 595 civiles y 117 miembros de las fuerzas del orden.

En cuanto a los heridos, un total de 1.438 fueron civiles, mientras que 195 pertenecían a la policía o el ejército local.

La provincia con más víctimas fue Bagdad, con 211 muertos y 486 heridos, seguida de Diyala (este), Salahedín (centro), Kirkuk (norte), Nínive (norte) y Al Anbar (oeste).

A lo largo de abril, Irak fue escenario de atentados y ataques armados en distintos puntos.

Muchos de esos ataques se produjeron los días previos a la celebración de elecciones provinciales el pasado día 20.

Además, una ola de violencia sacude el país desde hace poco más de una semana tras el asalto por parte de la policía y el ejército a una plaza, escenario habitual de manifestaciones de sunitas, en la localidad de Al Hueiya, en Kirkuk (norte), que causó 26 muertos y 155 heridos.

Tras ese asalto, los atentados y los ataques armados se han extendidos por distintas zonas del territorio y han dejado decenas de víctimas.

Irak vive actualmente una crisis política originada por las protestas de suníes, que se quejan de ser discriminados por el gobierno del primer ministro, el chiíta Nuri al Maliki.

Una guerra civil sectaria

El cariz del último estallido de violencia hace temer además que no se trate solo de un repunte sino de un salto cualitativo que termine por sumir ese maltrecho país en la guerra civil que lo amenaza desde la invasión estadounidense de 2003.

Su controvertido primer ministro, Nuri al Maliki, ha reconocido ese peligro, pero en lugar de dar un paso valiente hacia la reconciliación de la mayoría chií con la minoría suní, cuyo sentimiento de marginación está en el origen del problema, se ha limitado de momento a culpar al mensajero y a cerrar diez cadenas de televisión.

El golpe de gracia se produjo la semana pasada, cuando las fuerzas de seguridad decidieron actuar contra la acampada de la comunidad árabe suní en Hawija, unos 200 kilómetros al norte de Bagdad y muy cerca de la bomba de relojería étnica que es la ciudad de Kirkuk.

El medio centenar de muertos que dejó esa intervención desató una oleada de represalias.

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