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Bagayeros y actividad ilícita en la frontera

Martes, 28 de mayo de 2013 23:05

Vemos a diario, con las noticias relacionadas a narcotráfico y la violencia, el incremento de las actividades ilícitas en la frontera de Salta con Bolivia, consecuencia de esto es, por ejemplo, el bagayero muerto en estos días y las problemáticas diarias que se presentan en la zona (incluyen hasta droga y asesinatos).

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Vemos a diario, con las noticias relacionadas a narcotráfico y la violencia, el incremento de las actividades ilícitas en la frontera de Salta con Bolivia, consecuencia de esto es, por ejemplo, el bagayero muerto en estos días y las problemáticas diarias que se presentan en la zona (incluyen hasta droga y asesinatos).

Siguiendo al psicólogo Abraham Maslow, en su obra “Una teoría sobre la motivación humana” (1943), dos de los niveles de las necesidades más importantes de las personas son: 1. Las “necesidades fisiológicas” y 2. Las “necesidades de amor y pertenencia”. Todo trabajo debería permitirles a las personas que cubran sus necesidades y las de su familia, y en segundo lugar, dichos trabajos deberían hacerlos sentir parte de “algo”, ya sea una empresa, organización y/o sociedad.

La problemática que potencia el avance de las actividades ilícitas es en gran medida una realidad socioeconómica que no permite a las personas cubrir estas necesidades. La falta de perspectivas actuales y futuras de trabajo en la zona hacen que los jóvenes y no tan jóvenes no posean una expectativa de vida laboral, es decir, saben que ni ahora ni en el futuro van a tener un trabajo digno que les permita cubrir sus necesidades y las de su familia.

En gran cantidad de casos, las familias de los sectores socioeconómicos medios y bajos no están constituidas como para brindar una contención o bien un sentido de pertenencia hacia ese núcleo familiar. Tampoco hay un sentido de “amor y pertenencia” hacia su sociedad. Parte importante de estas personas no se sienten “parte” de nada, porque no hay trabajo, pueden tener problemas familiares, la escuela no puede brindarles una contención para lo que no está preparada y, ni siquiera a nivel deportivo o social, existen organizaciones que les permitan desarrollar este sentido de “amor y pertenencia” e integrarse positivamente al medio en el que viven. No se consideran parte de nada, están fuera del sistema.

Por otro lado, vista desde el crimen organizado, toda la zona tiene una “ventaja competitiva” para desarrollarse, dado que es una potencial ruta de paso para diversas mercaderías ilegales, automóviles, narcotráfico, etc. Estas organizaciones le dan la posibilidad a esta gente que está fuera del sistema de convertirse en sus “empleados”, proveyéndole un ingreso económico y un sentido de pertenencia al formar parte de una organización que lo va a respaldar y defender aun estando privado de su libertad.

El beneficio de pertenecer a una organización ilícita, es que el sujeto se siente identificado e integrado con la misma, a la vez que le permite cubrir sus necesidades económicas y las de su familia, aun estando en la cárcel. En cambio, el costo de no pertenecer a ellas es ser un marginal debido a que su entorno socioeconómico no le ofrece ni un presente, ni un futuro. No cubre sus necesidades fisiológicas (económico), ni las de pertenencia. En definitiva, no tiene nada que perder porque está y seguirá estando afuera del sistema, mientras que si se suma a estas organizaciones tiene mucho que ganar porque será parte de “algo” y podrá mantenerse y mantener a los suyos. Y en el peor caso irá preso o bien morirá, siendo esta última opción una que no contempla en demasía.

El trabajo que realizan las fuerzas de seguridad en la zona debe complementarse sentando las bases para que haya un desarrollo económico que permita a la población de esas zonas tener una perspectiva de vida a nivel laboral, y que a la vez desarrolle el sentimiento de pertenencia de esas personas hacia esa sociedad. Esta debe ser una política de estado. No es una solución efectista ni se logra en un par de meses, pero si no se encara de esta forma la lucha contra la delincuencia, estamos perdiendo tiempo y se puede afirmar, desde ahora, que será muy complicada y difícil de ganar”.

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