La noticia de que el ADN de dos de los detenidos por el crimen de Judith Palma participaron de la violación de la pequeña enardeció los ánimos anoche en Joaquín V. González. Aunque alrededor de las 20 hubo una misa y luego una marcha que se desarrollaron en paz, poco después los miles de manifestantes se dirigieron hacia la casa donde se produjo el aberrante crimen con intención de incendiarla. No pudieron llegar. Un cerco policial compuesto por uniformados de la comisaría local, un cuerpo entero de Caballería y decenas de efectivos de la división Infantería rodearon la trágica manzana e impidieron el intento de venganza.
inicia sesión o regístrate.
La noticia de que el ADN de dos de los detenidos por el crimen de Judith Palma participaron de la violación de la pequeña enardeció los ánimos anoche en Joaquín V. González. Aunque alrededor de las 20 hubo una misa y luego una marcha que se desarrollaron en paz, poco después los miles de manifestantes se dirigieron hacia la casa donde se produjo el aberrante crimen con intención de incendiarla. No pudieron llegar. Un cerco policial compuesto por uniformados de la comisaría local, un cuerpo entero de Caballería y decenas de efectivos de la división Infantería rodearon la trágica manzana e impidieron el intento de venganza.
Hubo violencia verbal, pero no agresiones. La presión popular casi se desmadra, pero entonces intervino Fabián Palma, el padre de la pequeña Judith, quien pidió a los manifestantes que, en honor a su memoria, dejaran de insistir con la idea. Palma suplicó llorando a varios grupos de exaltados, y esa imagen devolvió los cabales a quienes a solo metros del fatídico domicilio solo esperaban una orden para que el caos volviera a la ciudad.
Largas horas de vigilia policial disuadieron a dos grupos de agitadores -que según los vecinos eran de un partido político-, quienes incendiaron neumáticos y pedían a la gente que se quede para quemar la casa de los criminales. Primó la paz, pero nadie puede asegurar hasta cuando.