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Hay que aprender que con la salud no se juega

Domingo, 02 de junio de 2013 03:38

 Pero esa cualidad, fruto de la inteligencia, puede ser bloqueada por la propia personalidad. La tozudez, la soberbia, la incapacidad de admitir errores o la simple estupidez pueden hacer que una persona tropiece más de una vez con la misma piedra; y aún así insista en caminar por encima de ella.

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 Pero esa cualidad, fruto de la inteligencia, puede ser bloqueada por la propia personalidad. La tozudez, la soberbia, la incapacidad de admitir errores o la simple estupidez pueden hacer que una persona tropiece más de una vez con la misma piedra; y aún así insista en caminar por encima de ella.

Esto parece haber ocurrido anoche en el campo histórico de la Cruz, ese amplísimo terreno ubicado frente a los Cuarteles, detrás del Hospital Público Materno Infantil. El 20 de febrero pasado se realizó allí un gigantesco show artístico para celebrar el Bicentenario de la Batalla de Salta. Fue una fiesta popular llena de luces, pero con una gran sombra: el volumen del sonido alteró el bienestar de los niños internados en el hospital. La frutilla del postre fue el lanzamiento, a las 4 de la madrugada, de bombas de estruendo y fuegos artificiales. La precaria paz en el hospital se rompió de manera definitiva, y por el resto de la noche.

Pese a las advertencias, los funcionarios del Gobierno Provincial no aprendieron la lección. Anoche se realizó en ese mismo lugar el cierre de la competencia Argentina Corre. A la carrera le siguió un desfile de modelos y, a partir de las 21.30, un recital del grupo pop Miranda. Decenas de vecinos llamaron anoche a El Tribuno para quejarse por el ensordecedor volumen del show. También padres de chicos internados y familiares de ancianos internados en el vecino Hospital Militar. Alrededor de las 22.30 el broche de oro fueron, otra vez, los fuegos artificiales. No quedó claro si lo ocurrido fue fruto de la tozudez, la soberbia, la incapacidad de admitir errores o la simple estupidez.

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