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Habría un vuelco en la causa contra policías

Viernes, 07 de junio de 2013 23:13

El caso caratulado como tortura en contra de siete policías de San Ramón de la Nueva Orán, acusados de golpear salvajemente a dos jóvenes menores de edad el 3 de mayo pasado, puede dar un vuelco inesperado tras los diferentes testimonios.

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El caso caratulado como tortura en contra de siete policías de San Ramón de la Nueva Orán, acusados de golpear salvajemente a dos jóvenes menores de edad el 3 de mayo pasado, puede dar un vuelco inesperado tras los diferentes testimonios.

El Tribuno pudo averiguar que en las declaraciones llevadas a cabo a lo largo de la semana pasada, los denunciantes entraron en contradicciones, ya que uno de ellos dijo que éstos estuvieron juntos hasta las 3.30, mientras que el otro dijo que amanecieron en la calle y recién cada uno se fue a su casa pasadas las 8, luego del enfrentamiento con los efectivos.

Además los testigos presentados por las defensas de los damnificados jamás se presentaron a declarar y esto llevó a que se generen dudas con respecto a lo ocurrido la noche en que ambos dijeron haber sufrido apremios ilegales por parte de los uniformados.

Por si fuese poco, el médico forense, el dr. Mateo, expresó que las lesiones que presentaban no eran compatibles con los golpes descriptos por las víctimas ya que deberían haber sufrido lesiones más severas, expresión que fue ratificada por el médico del hospital San Vicente de Paul, dr. Meukarzel, quien agregó que deberían haber presentado fisuras o fracturas en costillas y muñecas.

Fuentes vinculadas al caso agregaron que la jueza de Instrucción Formal 2, Norma Vera, quien calificó el hecho como torturas, analizaría dar un vuelco en la investigación.

Las versiones de lo ocurrido

Según vecinos, el hecho comenzó la noche del 2 de mayo, a las 20.45, cuando integrantes del destacamento del barrio Abraham Balut se comunicaron con la Unidad Regional 2, solicitando apoyo, ya que unos 15 malvivientes se encontraban con piedras en mano con la intención de tomar la dependencia.

“Vayanse de acá o a la noche vamos a volver”, amenazaban.

Al arribar los efectivos de apoyo, los agresores huyeron a los domicilios adyacentes, desde los cuales arrojaban piedras, mientras el jefe de Caballería se encontraba en el lugar.

Según testigos, la Infantería logró detener a dos menores con frondosos antecedentes policiales y sobrada experiencia delictiva, asombrosa para su corta edad. Pero tras el violento episodio, los jóvenes nunca aparecieron en ninguna comisaría.

Al otro día, Elizabeth Núñez, madre de uno de los menores detenidos, radicó una denuncia en la que declaró que policías de Infantería habían irrumpido en su domicilio a las 4 de la mañana y habían sacado a su hijo de 15 años.

La mujer aseguró que unos 45 minutos antes de presentarse en la dependencia, había sido notificada de que su hijo se encontraba en el hospital San Vicente de Paul.  Sin embargo, este relato sembró muchas dudas.

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