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Detroit, octava ciudad de EEUU que se declara en ruinas

Sabado, 20 de julio de 2013 12:00

La ciudad de Detroit, que acaba de declarar la mayor bancarrota municipal de la historia estadounidense, eleva a ocho el número de ciudades o condados que se han acogido a este procedimiento desde 2011.

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La ciudad de Detroit, que acaba de declarar la mayor bancarrota municipal de la historia estadounidense, eleva a ocho el número de ciudades o condados que se han acogido a este procedimiento desde 2011.

En tanto, una jueza de Michigan ordenó ayer a las autoridades locales que retiren la solicitud de bancarrota al considerar que la medida reduciría pensiones que están protegidas por ley y viola la constitución del Estado.

Detroit, en el norte del país y conocida como Motor City por su pujante industria automovilística, ha acumulado una deuda de unos 18.000 millones de dólares.

El declive industrial de la ciudad se ha materializado en la pérdida del 60 por ciento de sus habitantes desde los años cincuenta, aunque solo entre 2000 y 2010 experimentó la salida de un cuarto de su población por la crisis económica, dejando partes de la ciudad convertidas en auténticos barrios fantasma.

Hace apenas un año, tres ciudades de California -San Bernardino y Stockton, próximas a Los Angeles, y la turística Mamonth Lakes- se declararon en quiebra.

San Bernardino, una ciudad con un 60 por ciento de población hispana, cayó en julio de 2012 en la bancarrota por la crisis económica y la paralización del mercado de la vivienda.

Los ayuntamientos de Mammonth Lake, el 3 de julio, y Stockton, el 28 de junio, determinaron seguir el mismo camino de Detroit por problemas derivados de la gestión municipal.

En mayo de 2012, la ciudad de Central Falls, en el estado de Rhode Island (este del país), anunció su bancarrota después de acumular una deuda de más de 4.800 millones de dólares. La medida fue aprobada por los tribunales en septiembre de 2012.

La industrial Harrisburg, en el estado de Pensilvania (este del país), se declaró también en quiebra en octubre de 2011 después de años de luchar contra la pesada carga que suponía una deuda superior a los 300 millones de dólares por la construcción de una incineradora. La bancarrota fue rechazada porque las leyes del estado prohíben esta medida a los municipios.

También en 2011, Jefferson County, el mayor condado de Alabama (sur del país), entró en suspensión de pagos después de acumular deudas por un montante de 4.000 millones de dólares, la cifra más alta hasta la declarada por Detroit.

Boise County, en Idaho (centro del país), se acogió en marzo de 2011 a la bancarrota ante los tribunales al no poder hacer frente al pago de 5,4 millones de dólares al que había sido condenado su ayuntamiento por un tribunal. Finalmente, su petición fue rechazada en noviembre tras alcanzar un acuerdo con sus acreedores.

La quiebra en Estados Unidos es un proceso legal que permite que una persona (física o jurídica) que no pueda afrontar sus obligaciones de pago se descargue de la responsabilidad de afrontar alguna de ellas.

Las leyes federales permiten a los gobiernos locales declararse en bancarrota siempre que la misma esté permitida por las leyes del estado.

Cada estado impone sus limitaciones y cuantifica el criterio por el que los municipios pueden acogerse a la normativa de quiebra.

En Montana, por ejemplo, la mayoría de los municipios puede hacerlo aunque no los condados. En cambio, en Georgia se prohíbe explícitamente la medida.

La quiebra, vía para recuperarse

Las autoridades de Detroit confiaron ayer en que la declaración de la ciudad en quiebra, con unas deudas por 15.000 millones de dólares, abra la vía hacia la recuperación de la capital histórica del sector automovilístico estadounidense.

La bancarrota puede ser la ocasión para “terminar con sesenta años de decadencia”, declaró ayer el gobernador del estado de Michigan, Rick Snyder, quien advirtió, no obstante, que es posible que los acreedores nunca reciban sus pagos.

“Desde 2000 la ciudad ha perdido el 28% de su población, y el 38% las pensiones”, dijo, por su parte, el administrador de emergencia de la ciudad, Kevyn Orr.

Ambos comparecieron ante los medios para explicar la declaración de quiebra de Detroit, otrora una próspera ciudad industrial, que fue recomendada por Orr y autorizada el jueves por Snyder.

Snyder había declarado en marzo pasado la emergencia financiera de Detroit y había designando a Orr como administrador.

Mientras tanto, una jueza de Michigan ordenó ayer a la ciudad que retire su solicitud de bancarrota al considerar que la medida reduciría pensiones que están protegidas por ley y viola la Constitución del estado.

Tras la decisión de la jueza Rosemarie Aquilina, el fiscal general de Michigan, Bill Schuette, presentó una apelación y solicitó que el proceso se acelere para conseguir lo antes posible la autorización de declaración de bancarrota.

Detroit, que llegó a tener una población de más de 1,8 millones habitantes, tiene ahora poco más de 700.000 y una tasa de desempleo del 16%, 8,4 puntos más que la nacional (7,6 %). El 40% de las luces en las calles no funciona, solo un tercio de las ambulancias municipales está en servicio y más de 70.000 casas están abandonadas. Barrios enteros están desiertos y en otros los habitantes viven en la inseguridad.

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