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La Tupac Amaru no vino a hacer turismo

Sabado, 20 de julio de 2013 20:34

La presencia en nuestra ciudad capital, y en localidades vecinas, de un fuerte grupo de integrantes de la Organización Barrial Tupac Amaru, fundada y dirigida por la jujeña Milagro Sala, no debe ser considerada, desde ningún punto de vista, como una excursión turística. Para nada.

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La presencia en nuestra ciudad capital, y en localidades vecinas, de un fuerte grupo de integrantes de la Organización Barrial Tupac Amaru, fundada y dirigida por la jujeña Milagro Sala, no debe ser considerada, desde ningún punto de vista, como una excursión turística. Para nada.

Se trata, para decirlo sin eufemismos, de una avanzada expansionista, de carácter social, político y económico, de esta asociación que ya ha sentado sus reales en otras ciudades y provincias, como Tucumán, Santiago del Estero, Mendoza y Capital Federal.

Su mayor influencia, y la más notoria, la ejerce en Jujuy donde se le atribuye más poder que el mismo gobierno. Su accionar se fundamenta en presiones a funcionarios e instituciones públicos, y en la administración de planes de desempleo nacionales.

Su fundadora, Milagro Sala, tuvo infancia y juventud difíciles. Nació en el barrio Bajo Azopardo, en San Salvador de Jujuy, el 20 de febrero de 1964. A los 15 años de edad descubrió que era hija adoptada y que su madre biológica la había dejado abandonada dentro de una caja de cartón. Fue lustrabotas y robaba con sus amigos. A los 18 años estuvo 8 meses presa. Ella afirma que injustamente. En la cárcel, dice, hizo el juramento que al quedar en libertad lucharía para que se acabara la injusticia en todos sus perfiles. Al salir ingresó en la CTA (Central de Trabajadores Argentinos). En 2003, junto con el advenimiento del kirchnerrismo, comienza a destacarse su liderazgo en la Tupac Amaru.

Milagro está casada con Pedro Raúl Noro, actual secretario de Comunicación de la organización que fundó su esposa, es un escritor jujeño y dirigente histórico del siloísmo, movimiento que dio vida el mendocino Mario Rodríguez Cobos (Silo).

El quehacer de la Sala en Jujuy es más que llamativo. La Tupac Amaru recibe de Cristina entre 8 y 10 millones de pesos mensuales para la construcción de viviendas, y tiene la responsabilidad del mantenimiento de edificios públicos y establecimientos escolares. Las casas construidas ya superan las 1.800 unidades y son, se asevera, de excelente calidad. En San Salvador la Tupac Amaru posee farmacias, centros de salud, tomógrafo y escuelas. Un imperio.

Milagro Sala y la Tupac Amaru están plena y notoriamente identificadas con el gobierno kirchnerista, circunstancia a la que se atribuye el desenvolvimiento sin trabas y sin controles que gozan. Pero esta situación pareciera que podría modificarse a partir de la supuesta ruptura que hubo entre Milagro Sala y la Casa Rosada. En los primeros días de junio de este año la jujeña no fue recibida por Cristina Kirchner, y padeció el ninguneo de varios jerarcas K.

Esto enfureció a Milagro, que regresó a su pago profiriendo amenazas.

Pero ahora la Tupac está entre nosotros. Milagro permanece en la Tacita.

Y aquí los seguidores de Milagro, como modo de presentación, no tuvieron mejor idea que apretar a la Cooperadora Asistencial de la Municipalidad de Salta para que el cupo por la copa de leche pase, “de manera inmediata”, de 200 a 1.000, y para que se les entregue bolsones a sus integrantes. Prometieron manifestarse con más rigor. Duros se mostraron los muchachos.

Esto nos hace acordar de una especie que aseguraba que las fuerzas de choque de Milagro Sala estarían integradas por ex miembros de Sendero Luminoso que, después de su desbaratamiento a manos de las milicias peruanas de Fujimori, se radicaron en Jujuy. Y, de paso, recordamos también que la Sala, hace dos años, tenía, según trascendió, registradas en el RENAR, a su nombre, más de trescientas armas. No, es evidente que la Tupac Amaru no vino a Salta a hacer turismo.

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