Otra vez faltan monedas y ahora impacta en los precios. Escasean las de baja denominación, sobre todo las de $ 0,25 y $ 0,50. Por eso, en algunos negocios hay días en los que cobran $0,50 menos si los empleados de las cabinas no tienen para dar el vuelto. Pero en otros casos, los comercios redondean los precios en contra del cliente. En las asociaciones de consumidores hay preocupación porque ya se fijan muy pocos precios fraccionados (por ejemplo $3,80 ó $2,50). En cambio, aparecen más productos con valores sin centavos, para evitar redondear para abajo a favor del consumidor, como fija la ley.
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Otra vez faltan monedas y ahora impacta en los precios. Escasean las de baja denominación, sobre todo las de $ 0,25 y $ 0,50. Por eso, en algunos negocios hay días en los que cobran $0,50 menos si los empleados de las cabinas no tienen para dar el vuelto. Pero en otros casos, los comercios redondean los precios en contra del cliente. En las asociaciones de consumidores hay preocupación porque ya se fijan muy pocos precios fraccionados (por ejemplo $3,80 ó $2,50). En cambio, aparecen más productos con valores sin centavos, para evitar redondear para abajo a favor del consumidor, como fija la ley.
Al menos más de la mitad de los precios publicados en las góndolas de algunos supermercados son redondos, sin centavos. Otro ejemplo: en las últimas semanas, la fotocopia simple faz pasó de $ 0,25 a $ 0,35, pero en algunos comercios tuvieron que llevarla a $0,50 por falta de monedas chicas. En tanto, los kiosqueros, que siguen impulsando el canje de caramelos por monedas, culpan a las tarjeta del colectivo porque dicen que, a causa de esa tarjeta, la gente deja las monedas en su casa. El economista Mariano Otálora, autor del libro “¿Qué hacemos con los pesos?”, también cree que la gente las acopia en su casa: “Tomás subte o colectivo y no necesitás monedas; las cargas de la tarjeta del colectivo se hacen con billetes. Muchos se preguntan para qué ir con monedas en los bolsillos”.
Según los últimos datos del Banco Central de la República Argentina (Bcra), correspondientes a junio, circulan en el país 303,7 millones de monedas de $ 2, cuando hace nueve meses, en septiembre de 2012, había 177 millones: 71,5% más. En cambio, en 2012 había 1.001,4 millones de monedas de $0,25 y ahora hay 1.008 millones: apenas 1% más.
Miguel Angel Calvete, de la Federación de Supermercados Chinos, admite el faltante, aunque dice que es menor al que se daba antes de la tarjeta del colectivo. Afirma que “los comercios tienen que recurrir a los canales informales para conseguir cambio y llegan a ofrecer hasta un 8% adicional a quienes les paguen con $ 100 en monedas; en algunos casos ofrecen una gaseosa a cambio. También siguen con el canje de metálico por caramelos. Y algunos locales incentivan el pago con tarjetas”.
Héctor Polino, de Consumidores Libres, coincide con Otálora: “La gente no lleva monedas porque son un estorbo. Con inflación se necesita más circulación de monedas y billetes de bajo valor, pero circulan más billetes y monedas más altos”.
En tiempos de inflación, “la velocidad de circulación de las monedas aumenta señala Otálora porque necesitamos más para comprar lo mismo que hace un tiempo, y a su vez elaborar monedas de baja denominación cuesta más caro que el propio valor de la moneda”.