Frontales y sin pelos en la lengua. Una desde su incuestionable trayectoria y conocimiento del ambiente de los medios; la otra desde el sitial que alcanzó tras su casamiento con un empresario de un canal de televisión.
inicia sesión o regístrate.
Frontales y sin pelos en la lengua. Una desde su incuestionable trayectoria y conocimiento del ambiente de los medios; la otra desde el sitial que alcanzó tras su casamiento con un empresario de un canal de televisión.
Mirtha Legrand (cuyo último trabajo en televisión fue el año pasado cuando protagonizó “La Dueña”) volvió con sus emblemáticos almuerzos los domingos. Antes de ayer, hizo el segundo y fue comentado por todas partes por la temperatura que alcanzó el cruce con Pamela David, casada con Daniel Vila, uno de los propietarios de América.
La señora tuvo en su mesa a dos mujeres jóvenes y atractivas, quienes habían hecho comentarios que para nada la dejaron contenta: Marina Calabró y “la dueña” del canal.
En el comienzo, la mesa tocó el tema de una expresión que dicen que dijo la hija de Calabró. Evidentemente, Marina no estaba con el ánimo de polemizar, dijo más o menos lo que la diva quería escuchar, y asunto terminado. “Las cosas hay que hablarlas, fue un mal entendido”, dijo la panelista en referencia a la supuesta declaración en la que había acusado a Mirtha de comprar un Martín Fierro. “Si hay alguien a quien no le haría falta hacer eso es a vos, Mirtha”, destacó Calabró.
Pero la cosa no resultó tan sencilla con la señora de Vila. Desde las primeras palabras, Pamela evidenció que no estaba dispuesta a ceder tan fácilmente. Dicen que desde que llegó hizo gala de “su lugar” en el canal y se desató un verdadero duelo de “dueñas”. Cómo habrá sido la tensión en el piso que ni Dady Brieva pudo aflojar la tensión generada en el set.
Lo más “picante” del programa comenzó cuando Mirtha presentaba a Flavio Mendoza y le preguntaba si se había hecho millonario, a lo que Pamela agregó: “No le pidas cifras, Mirtha. No le hables de plata”, la corrigió. “Bueno querida, vos fuiste la que empezó a hablar de plata”, lanzó como un aguijón Mirtha, en referencia al tema que las distanció hace un tiempo: el supuesto cachet que la Chiqui exigía a América para volver con sus almuerzos. A fines de 2012, Pamela había asegurado que Legrand había pedido 800 mil pesos por mes para volver con los almuerzos.
Las preguntas
Una vez sentadas a la mesa, la diva arrancó sus acostumbradas preguntas: “¿Te sentís la dueña del canal? ¿Le sugerís cosas? Contratala a la Legrand, no la contrates, mirá que pide mucho”. A lo que Pamela respondió: “¿Quiere hablar de eso?... bueno. No, no me siento la dueña del canal, no le sugiero nada. Nosotros vimos juntos la entrevista que le hizo Beto Casella a usted. Y no es lindo o cómodo cuando usted deja a pensar y dice: ‘No sé por qué no me contratan’. Usted sabe que es por los números, pero si no aclara da a pensar que es porque si el canal es K o no es K”.
Y Mirtha no demoró: “No eran los número exactos, yo no los había dicho, era toda una producción y no era mi chachet, no era mi sueldo”, a lo que Pamela respondió con una mueca a la cámara, como de incredulidad. “No me hagas esa carita porque es verdad, te estoy mirando a los ojos y te estoy diciendo la verdad. La suma era esa, pero no era para Chiqui Legrand”, sostuvo Mirtha.
“Mi intención no era atacarla, fue desafortunado dar una cifra. Pero mi explicación era esa”, abundó Pamela, a lo que la Chiqui dijo cortante: “Bueno basta”, y asunto terminado.
Los entredichos
*“Yo no quería quedar como una insolente porque la señora es una reina”, dijo Pamela ayer en la vuelta a Desayuno Americano por América.
*En todo momento David intentó bajar el tono del cruce con la diva y aseguró que durante el almuerzo con la Chiqui entendió “muchas cosas” . Y prosiguió: “Mirtha no miente, ella dice lo que le dicen. Pero no me quiero meter más”, sostuvo.
*“De mi parte, fue desafortunada esa frase respecto de cuánto ganaba. Yo quiero que quede en claro que yo la adoro, la admiro y la respeto”, aseguró.
*“Yo me sentí un poquito incómoda, pero por mí, no porque me hicieron sentir incómoda. Se vio un momento muy tenso, yo me bajaba cambios. Tengo ese carácter, tengo que aprender a manejarlo porque no quiero ser irrespetuosa”, dijo Pamela.