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Dramático informe sobre el “desprecio por la vida” en Egipto

Domingo, 18 de agosto de 2013 03:44

A sangre y fuego. Así puede graficarse la represión desatada en Egipto por las fuerzas militares que derrocaron al presidente Mohamed Mursi y que ya ha dejado unos mil muertos. Al respecto, Amnistía Internacional (AI) publicó ayer un informe con testimonios que muestran el “desprecio por la vida humana” que han puesto de manifiesto las fuerzas de seguridad egipcias en su persecución a los seguidores del derrocado mandatario islamista.

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A sangre y fuego. Así puede graficarse la represión desatada en Egipto por las fuerzas militares que derrocaron al presidente Mohamed Mursi y que ya ha dejado unos mil muertos. Al respecto, Amnistía Internacional (AI) publicó ayer un informe con testimonios que muestran el “desprecio por la vida humana” que han puesto de manifiesto las fuerzas de seguridad egipcias en su persecución a los seguidores del derrocado mandatario islamista.

“A la luz de los testimonios iniciales y otras pruebas que hemos reunido, parece haber poco espacio para dudar de que las fuerzas de seguridad han actuado con un flagrante desprecio por la vida humana, y es necesaria con urgencia una investigación completa, imparcial e independiente”, afirma AI en el informe.

“Estaban disparando en la puerta del sanatorio”, afirmó uno de los médicos que atendía a los heridos quien agregó que se dio cuenta de lo que sucedía cuando lo llamaron para ir al hospital montado sobre el terreno: “Nada más salir, el hombre que estaba custodiando la puerta recibió un disparo en la cabeza”, aseguró.

Además, una enfermera que auxiliaba a los lesionados en las calles señaló que ni bien comenzó el desalojo, empezaron a llegar personas afectadas por el gas lacrimógeno y con heridas de perdigones. Poco más tarde llegaron los heridos de bala.

“Había tantos heridos y muertos que perdimos la cuenta. En ese momento todos los médicos se fueron al hospital principal de Rabaa, porque el número de pacientes era abrumador, no teníamos capacidad para lidiar con aquello”, sostuvo.

Uno de los testigos que cita AI relata que “se oyó una advertencia a través de altavoces que llamaba a los manifestantes a abandonar la zona, pero poco después de un minuto comenzaron a disparar y lanzar gases lacrimógenos en su dirección”.

“La situación continuó así hasta el mediodía. El gas lacrimógeno era continuo y los tiros llegaban desde los tejados y desde vehículos blindados. Los disparos llovían sobre nosotros”, relató el testigo.

Otra persona precisó que “sobre las seis de la mañana se nos acercaron tres vehículos blindados por la calle Al-Tayaran. No hubo avisos verbales, solo unos cuantos tiros al aire. El único aviso verbal que escuché durante todo el día fue a las cinco de la tarde. Entonces nos dijeron que debíamos abandonar la plaza, cuando ya todo había terminado”.

Además agregó que intentaron resistir durante horas mientras “la gente se moría” a su alrededor y que, desde la primera hora de la mañana, vio “personas con disparos en la cabeza y el pecho”, explicó el testigo citado en el informe.

Philip Luther, director del programa de Medio Oriente y Norte de Africa de AI consideró que “si bien algunos manifestantes usaron la violencia, la respuesta de las autoridades fue gravemente desproporcionada”.

Nuevas manifestaciones

Pese a la ola de violencia y muerte que comenzó el miércoles cuando las fuerzas de seguridad desalojaron con gases lacrimógenos, balas y tanquetas los campamentos que los islamistas mantenían en las plazas de El Cairo causando la muerte de al menos 1.000 personas y causando casi 4.000 heridos, miles de simpatizantes islamistas del presidente Mursi se manifestaron ayer en El Cairo y otras ciudades en favor del depuesto mandatario y contra las nuevas autoridades.

Los manifestantes, entre quienes hay mujeres y niños, corean eslóganes como “El pueblo quiere la vuelta de la legitimidad”.

Miles de partidarios de Mursi también han salido a las calles de Alejandría (norte), la segunda ciudad del país, y de Minia, en el sur.

Estas marchas llegan tras el llamamiento realizado por los Hermanos Musulmanes a mantener las protestas durante toda la semana para reclamar la restitución de Mursi.

Mientras, cientos de islamistas que se habían atrincherado en la mezquita de Al-Fatah, en el centro de El Cairo, fueron evacuados ayer por las fuerzas de seguridad tras un intenso tiroteo, sin que hasta el momento se conozca el número de víctimas.

La Presidencia egipcia consideró que el país se halla en “guerra contra el terrorismo” y acusó a los manifestantes islamistas de ser “fuerzas extremistas y terroristas”.

Disolverían la cofradía

El gobierno egipcio estudia disolver la cofradía de los Hermanos Musulmanes, tras los disturbios de los últimos días en el país, informó ayer el portavoz del Consejo de Ministros, Sherif Shauqi.

El funcionario explicó que el Ejecutivo analiza adoptar esta medida a través de “medios jurídicos”.

La Hermandad Musulmana, que fue fundada en 1928 por Hasan el Bana, fue ilegalizada ya en 1954 por Gamal Abdel Naser.

El primer ministro Hazem al Beblaui llamó a la reconciliación de los egipcios, aunque cerró esa puerta a “quienes tengan las manos manchadas de sangre, con quienes hayan levantado sus armas contra el Estado o contra los ciudadanos”, señaló.

Asimismo, aseguró que el Ejecutivo está intentando “allanar el camino hacia la democracia, con una Constitución de consenso y una ley electoral transparente”.
 

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