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Julio Cobos: “Las primarias enterraron totalmente la re-reelección”

Domingo, 18 de agosto de 2013 03:44

Fue uno de los grandes ganadores de las elecciones primarias, sacándole casi veinte puntos al kirchnerismo en Mendoza. Al igual que otros vencedores como Sergio Massa, Hermes Binner o José Manuel de la Sota, su figura empieza a tomar peso para la discusión presidencial de 2015. “Si la Presidenta sigue con este discurso y sin rectificar rumbos, me parece que en octubre se va a acrecentar la diferencia de votos”, sostuvo Julio Cobos. En una extensa entrevista con El Tribuno, el exvicepresidente aseguró que sería importante “replicar” la experiencia de UNEN a nivel nacional y señaló que Cristina “subestimó” a la gente al llamar “suplentes” a los candidatos opositores.

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Fue uno de los grandes ganadores de las elecciones primarias, sacándole casi veinte puntos al kirchnerismo en Mendoza. Al igual que otros vencedores como Sergio Massa, Hermes Binner o José Manuel de la Sota, su figura empieza a tomar peso para la discusión presidencial de 2015. “Si la Presidenta sigue con este discurso y sin rectificar rumbos, me parece que en octubre se va a acrecentar la diferencia de votos”, sostuvo Julio Cobos. En una extensa entrevista con El Tribuno, el exvicepresidente aseguró que sería importante “replicar” la experiencia de UNEN a nivel nacional y señaló que Cristina “subestimó” a la gente al llamar “suplentes” a los candidatos opositores.

El candidato a diputado nacional por Mendoza consideró también que Massa tiene un “perfil opositor” y que el kirchnerismo no hará ninguna autocrítica por su derrota electoral.

Consultado sobre si ve su futuro en 2015 más cercano a la lucha por la gobernación mendocina o por la presidencia, afirmó: “No me veo peleando otra vez la gobernación”.

¿Qué análisis hace de las primarias del domingo pasado?

Creo que hay dos cosas que se ponen en juego siempre en una elección de medio término. En primer lugar, el grado de aceptación de los gobernadores e intendentes, pero sobre todo de la gestión nacional y, por otra parte, debe haber una alternativa donde se pueda canalizar la gente en caso de que no haya un grado de conformidad hacia el oficialismo nacional. El electorado ha encontrado en el radicalismo y en las fuerzas aliadas un depósito para darle una vez más confianza para que intente, en su labor legislativa, corregir ciertos rumbos que hoy el Poder Ejecutivo se niega a reconocer y a llevar a cabo.

¿Cree que fue un voto castigo lo que hubo el domingo hacia el Gobierno nacional?

Sí, indudablemente que es así. La ciudadanía está sintiendo el pago de las medidas desacertadas tanto en la política económica, como en la seguridad y en materia institucional. Es evidente que la gente castigó también los avances que se hicieron sobre la Justicia, sobre el Consejo de la Magistratura y sobre algunas instituciones como el Indec, que no se rectifican. En tantos años de democracia, la gente quiere que los temas institucionales se respeten además de la economía y la seguridad. Hoy también está en duda la expectativa de que se generen nuevos empleos producto de la situación económica. Esto ha hecho que se vote en contra del Gobierno, pero también a favor de una alternativa.

Pese a todo lo que dice, el Frente para la Victoria sigue siendo el partido más votado. ¿Qué explicación le encuentra?

Evidentemente (el Frente para la Victoria) tiene un poder territorial de muchos gobernadores y tiene un núcleo duro donde el Gobierno nacional ha apuntado y delineado sus políticas. El Frente para la Victoria está cada vez más cerrado y pese a consolidar su núcleo duro, ese núcleo duro le implica haber perdido más de cuatro millones de votos: de un 54 por ciento en 2011 a un 26 por ciento en 2013.

En 2011, cuándo Cristina Kirchner obtuvo el 54 por ciento, también estaba manipulado el Indec y las cifras de inseguridad eran altísimas, ¿por qué cree que el kirchnerismo cayó tanto si los problemas eran parecidos?

Porque creo que la ciudadanía está descubriendo que, a lo mejor, todas las cosas que ha anunciado el Gobierno nacional con una buena campaña publicitaria y un fuerte manejo de medios difieren de la realidad. Si bien hay algunas cosas que se vienen manteniendo desde antes, el problema económico ya empieza a sentirse, basado no solo en la inflación sino también en la presión tributaria que existe a través del impuesto a las ganancias, donde cada vez son más los trabajadores que aportan al sistema y eso, en una economía con inflación, resiente el poder adquisitivo. Me parece que ahí también hay un factor que influyó ahora, como también el propio desgaste de una gestión de gobierno que ya lleva muchos años y que la ciudadanía empieza a sentir la necesidad de algún cambio.

¿Considera que el domingo quedó enterrada la re-reelección?

Quedó enterrada totalmente. Ya no hay más que hablar de ese tema porque, si se consolidan los porcentajes de las primarias, obviamente que está lejana cualquier posibilidad de re-reelección.

La Presidenta dijo el miércoles que está dispuesta a debatir con los “titulares” y no con los “suplentes”, en alusión a los candidatos opositores. ¿Cómo tomó esas declaraciones?

En primer lugar, fue una desacreditación a la dirigencia política después de tantos años de democracia; eso no me extraña porque es un gobierno que no dialoga con las otras fuerzas políticas. Y en segundo lugar fueron una subestimación a la gente, porque indirectamente está subestimando a la ciudadanía diciendo que están votando corporaciones a través de títeres, como ella lo expresa. Me parece que las declaraciones de la Presidenta no fueron acertadas, fueron inadecuadas, inoportunas y lo único que van a producir son un efecto contrario del que deberían realizar, que es volver a cautivar aquellos votos que perdió en las primarias.

¿Descarta que haya una autocrítica del Gobierno?

Absolutamente, tuvieron la oportunidad de hacerlo después de la elección y el miércoles en Tecnópolis la Presidenta estuvo muy lejos de una autocrítica. El aislamiento es la característica de un gobierno que se maneja con un relato cada vez más alejado de la realidad. Los que se perjudican son ellos y la sociedad, que está esperando que con su voto llame la atención del Gobierno para que rectifique los rumbos de sus políticas.

¿Piensa que en octubre la derrota del Gobierno será mayor, menor o igual a la de agosto?

Si la Presidenta sigue con este discurso y sin rectificar rumbos, me parece que se va a acrecentar la diferencia de votos.

Usted fue el radical más votado en las primarias, pero su partido también ganó en otras provincias como La Rioja, Santa Cruz y Corrientes. ¿Hay un resurgimiento de la UCR?

Nosotros desde hace un año y medio nos hemos propuesto eso. Estuvimos en varios lugares como Tucumán, Santa Fe, Buenos Aires y otras provincias tratando de recomponer primero la relación interna y después la relación con la ciudadanía.

Me parece que la ciudadanía empieza a mirar al radicalismo cuando ya en el peronismo no encuentra la satisfacción de sus problemas. Está en nosotros que entendamos la responsabilidad que nos asigna la ciudadanía. Nosotros tenemos que demostrar que estos años de labor legislativa, que debemos encarar en forma conjunta con otros partidos afines para hacer verdaderamente efectivas las propuestas que nosotros llevamos, serán un paso importante para la evaluación que haga la ciudadanía a ver si el día de mañana nos vuelve a depositar la confianza no solo en una elección intermedia, sino como una alternativa de gobierno.

Usted hablaba de 2015, ¿imagina una UCR buscando la presidencia sola o aliada a otras fuerzas de centro izquierda?

Es una obligación y una responsabilidad nuestra conformar un espacio más amplio, y es también una obligación de los otros partidos entender esto. Por eso digo que alguien va a tener que ceder, no solo en sus pretensiones personales -lo que es más fácil porque se dirime en primarias-, sino también en las pretensiones de objetivos a perseguir y de acuerdos a celebrar. Me parece que estamos en condiciones de replicar algo así como fue lo de UNEN en Capital Federal, donde Libres del Sur, la Coalición Cívica, el socialismo y el radicalismo lograron conformar un espacio con buen resultado y ahora habrá que demostrar si ese buen resultado se traslada también a la labor legislativa. Creo que es una muestra que podríamos replicar a nivel nacional.

¿No teme que un espacio de esas características pueda reeditar la frustrada experiencia de la Alianza?

No, porque la Alianza fue concebida con un espacio peronista que fue el Frepaso, y ahora estamos hablando de espacios que surgieron del radicalismo y del socialismo. Me parece que son escenarios totalmente distintos.

De ratificarse los resultados del domingo en Mendoza, ¿se imagina en 2015 peleando por la gobernación o por la presidencia?

En la gobernación no me imagino. Creo que (en Mendoza) tenemos dirigentes que pueden recuperar la provincia y yo voy a colaborar para que el radicalismo vuelva a conducir el distrito. Lo que me imagino es trabajando en este espacio del que le hablaba, pero todo a su tiempo. No es tiempo para definir candidaturas, sí para conformar un espacio común. Después, en el caso que uno decida y se respeten las primarias, puede ayudar quizás una candidatura mía a lo mejor a lograr una mayor participación y potenciar este espacio. Por ahora no tengo ningún tipo de apetencia. Creo que lo sano es tratar de confluir primero en proyectos legislativos comunes y si demostramos eso, ver si somos capaces de mantener ese espacio y someterlo a consideración de la gente en 2015.

Muchos dicen que Sergio Massa es un kirchnerista light, ¿cómo lo ve usted?

Lo veo en estos momentos con un perfil opositor, si no hubiese participado dentro de las primarias. Obviamente tendrá algunos puntos de coincidencia, pero me parece que no coincide ni con las formas que actualmente tiene el Gobierno ni con los criterios de presión tributaria, democratización de la Justicia ni re-reelección, cosa que si bien en mi opinión está descartada, no sé si está descartada en la opinión de la gente que está hoy en el Gobierno.

Pese al mal resultado del kirchnerismo, el peronismo siguió haciendo buenas elecciones en otras provincias. En Buenos Aires, de los cuatro primeros, tres fueron peronistas. ¿A qué lo adjudica?

También es una obligación del peronismo reunificarse. Lo lógico hubiera sido que los sectores que se consideran peronistas resuelvan sus internas en las primarias, pero hay tanta diferencia entre ellos que no se pudo hacer. Por eso me parece que el día de mañana hay que ordenarse y evidentemente en una provincia con gran peso del conurbano y con una mayoría de intendentes justicialistas, eso se ve reflejado en la intención de voto que tuvieron las tres variantes del peronismo.


 

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