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Mujeres que renuncian a su sexualidad a cambio de derechos

Domingo, 01 de septiembre de 2013 02:25

“¿Por qué opté vivir como un hombre? porque valoro mi libertad”, dice Lule Ivanaj, una mujer albanesa cuyo aspecto es totalmente masculino. Las burrnesha, como es en realidad el término original con que se las denomina, son aquellas que renuncian a su sexualidad para convertirse en hombres. Para eso juran que “jamás” tendrán relaciones sexuales y a partir de ese momento son vistas y tratadas como varones por el resto de sus vidas.

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“¿Por qué opté vivir como un hombre? porque valoro mi libertad”, dice Lule Ivanaj, una mujer albanesa cuyo aspecto es totalmente masculino. Las burrnesha, como es en realidad el término original con que se las denomina, son aquellas que renuncian a su sexualidad para convertirse en hombres. Para eso juran que “jamás” tendrán relaciones sexuales y a partir de ese momento son vistas y tratadas como varones por el resto de sus vidas.

Lo terrible de estas historias está en que ellas no eligen ser hombres por una inclinación sexual, sino porque no tienen alternativa alguna y a veces tampoco son ellas quienes hacen la elección sino sus padres, en el mismo momento en que nacen. “Si quieren tener algún derecho, deben transformarse en hombres”, es la orden social que no puede ser incumplida en este extraño país montañés de aspecto medieval y cuyos habitantes huyen como pueden y son resistidos en todas las naciones europeas en las que se afincan y en las que realizan los trabajos despreciados o integran peligrosas redes delictuales.

¿Por qué lo hacen?

Esta costumbre, no es propiedad exclusiva de la zona de los Balcanes, también se da en algunas culturas de Asia. Pero Albania es el lugar donde más se aplica el código Kanún, que es un conjunto de costumbres ancestrales que se transmitían oralmente desde el siglo XV y que recién fueron escritas en el siglo XIX. Este código, por ejemplo, sostiene que “El hombre tiene derecho a pegar y encadenar a su mujer si le desobedece”.

Una familia sin hombres está perdida, esto es porque las mujeres no tienen derecho a heredar, no pueden ser jefes de familia, no pueden comprar tierras, fumar, utilizar reloj, votar, desempeñar ciertas profesiones, usar armas, ni entrar a determinados lugares. “La mujer está hecha para aguantar”, dice el Kanún.

Buscando una salida

Debido a esto surge como una salida al sistema, la figura de las Vírgenes Juradas: estas son mujeres que ante un consejo de 12 ancianos del pueblo en que viven, hacen el voto de vestirse y llamarse como hombres, cortarse el pelo y comportarse como tales, realizando las tareas que son reservadas específicamente para el sexo masculino. Sin embargo, para acceder a ese derecho, deben renunciar a formar una familia, casarse, tener hijos y a la genitalidad y el amor. En otras palabras, deben olvidarse de ellas mismas.

Tomar la sangre

Además, muchas familias se quedan sin varones en Albania porque el Kanún permite lo que se llama "la venganza de sangre', esto es, si alguien mata a otro, aunque sea accidentalmente, los parientes de la víctima tienen derecho a matar a uno de los varones de la estirpe del victimario.

 

 El juramento

El terrible juramento a través del cual una mujer renuncia a su condición de tal, se hace delante de un consejo integrado por los ancianos del pueblo, pero también pueden hacerlo en privado. Una vez que se ha tomado esta difícil y dura decisión, se transforma en un hombre, no desde lo sexual, sino desde lo social. A partir de ahí queda totalmente liberada de las limitaciones y negaciones que se le impone al sexo femenino, ya que automáticamente se transforma en un varón y así lo aceptará la comunidad.

Pero, si por alguna razón la mujer decidía romper el juramento, lo pagaba con la vida. Afortunadamente, desde hace pocos años. esa pena fue suprimida.

Niñas juradas

Hay casos de familias que juramentaban a sus hijas al momento de nacer debido a que no quedaban herederos varones y esta era una manera de salvar las riquezas acumuladas por una estirpe. Por eso la importancia de que una mujer cumpla ese rol.

Aún quedan unas  100 en Albania

Actualmente hay algo más de 100 mujeres vírgenes juradas en el mundo y la mayoría tiene más de 50 años y vive en Albania. Esta práctica fue prohibida en la época del comunismo, pero tras la caída del régimen, en la década del 90, en algunas poblaciones se reestableció.

El Kanún es un código que se divide en secciones: Iglesia, Familia, Matrimonio, Casa, Ganado y Propiedades; Trabajo, Transmisión de Inmuebles, Palabra, Honor, Daños, Ley sobre el crimen, Ley judicial, Exenciones y Excepciones.

Dentro de este obsoleto ordenamiento legal el rol del hombre es fundamental en cuanto a su derecho a dirimir sobre la vida de las mujeres y de sus pares masculinos. El derecho a “tomar la sangre” de sus adversarios se asemeja a la famosa “vendetta” italiana.

 

 

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