Una decisión judicial renueva las esperanzas entre los consumidores que muchas veces terminan derrotados por la espera y las grandes empresas sacan réditos del trato desigual con sus clientes. No importa lo que haya que esperar, reclamar vale la pena.
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Una decisión judicial renueva las esperanzas entre los consumidores que muchas veces terminan derrotados por la espera y las grandes empresas sacan réditos del trato desigual con sus clientes. No importa lo que haya que esperar, reclamar vale la pena.
La Sala Cuarta de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial hizo lugar a un recurso de apelación y ordenó a una cadena de venta de electrodomésticos devolverle 3.998,89 pesos a un hombre que en diciembre de 2011 pagó esa suma para comprar un televisor LCD de 42 pulgadas. El pago deberá hacerse incluyendo los intereses.
La Sala, integrada por los jueces de cámara José Gerardo Ruiz y Graciela Carlsen, revisó así el fallo de primera instancia.
Las fallas en el televisor fueron notificadas a la sucursal local de la cadena el 22 de febrero de 2012 intimándosela en aquel momento a la entrega de uno nuevo.
El 1 de marzo de 2012, el comprador notificó a la sucursal local de su decisión de rescindir el contrato de compraventa en virtud de las fallas en el producto adquirido e intimó a la restitución del dinero abonado, bajo apercibimiento de radicar denuncia ante la Secretaría de Defensa del Consumidor e iniciar acción de consumo en sede judicial. La firma no contestó a la notificación.
Los jueces observaron una actitud desaprensiva de la empresa ya que ni devolvió el dinero reclamado ni retiró el televisor de manos de su cliente. De esta forma advirtió que “la conducta omisiva frente al problema denunciado, se encuentra en contradicción con la buena fe que debe imperar en toda relación contractual y especialmente en una relación de consumo”.