La foto del G-20 pareció escenificar hoy los ánimos de la cumbre mundial. La presidente Cristina Kirchner se ubicó al lado de su par ruso, Vladimir Putin, y lejos del norteamericano Barack Obama, con quien mantiene una fría disputa por el reclamo de los fondos buitres en la justicia de Estados Unidos.
Antes del último encuentro de la cumbre, los líderes mundiales que viajaron hasta San Petersburgo, Rusia, posaron para los fotógrafos. En la primera fila estuvo la jefa de Estado, junto al anfitrión. A su derecha se ubicaron después el presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, Obama y la líder brasileña Dilma Rousseff. A la izquierda de la Presidenta estuvo el sudafricano Jacob Zuma.
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La foto del G-20 pareció escenificar hoy los ánimos de la cumbre mundial. La presidente Cristina Kirchner se ubicó al lado de su par ruso, Vladimir Putin, y lejos del norteamericano Barack Obama, con quien mantiene una fría disputa por el reclamo de los fondos buitres en la justicia de Estados Unidos.
Antes del último encuentro de la cumbre, los líderes mundiales que viajaron hasta San Petersburgo, Rusia, posaron para los fotógrafos. En la primera fila estuvo la jefa de Estado, junto al anfitrión. A su derecha se ubicaron después el presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, Obama y la líder brasileña Dilma Rousseff. A la izquierda de la Presidenta estuvo el sudafricano Jacob Zuma.
Justamente con Zuma y Putin completaron la agenda de reuniones bilaterales que la mandataria encabezó hoy. Temprano se vio las caras con el primer ministro de la India, Manmohan Singh.
La visita de Cristina a San Petersburgo estuvo marcada por sus definiciones sobre el juicio contra los fondos buitres. Enojada con Obama por su falta de apoyo en el caso que dirimiría la Corte Suprema de Estados Unidos, la jefa de Estado reclamó en el plenario de ayer una ley contra los capitales especulativos.
En el plano internacional, la cumbre de las 20 potencias mundiales -destinada a intentar resolver las diferencias económicas entre sus miembros- estuvo teñida por el potencial ataque del gobierno de Obama a Siria. La reunión sobre la economía global se convirtió en un gigantesco escenario de la creciente presión internacional para que el presidente norteamericano desista de sus intenciones.
Los dirigentes de la Unión Europea (UE) y los líderes de Alemania, Italia, China y los países emergentes del BRICs advirtieron a la Casa Blanca sobre el peligro que implicaría para el equilibrio mundial un ataque contra el régimen de Bashar al-Assad. También el papa Francisco envió una carta a los presidentes reunidos para rogarles que buscaran “una solución pacífica”.
Se espera para hoy que el tema esté incluido en el documento final de la cumbre, que los líderes firmarán al caer la tarde rusa.