La siesta que se duerme con la puerta cerrada pero sin llave desapareció hace rato en Salta y Jujuy. Era un símbolo de la tranquilidad y la seguridad de este suelo norteño, pero el incremento de los hechos de violencia social revirtieron el paisaje. Hoy dormir la siesta, si es que el ritmo laboral aún lo permite, se hace con la puerta trabada, en algunos casos con una segunda puerta de hierro, las ventanas con rejas y la casa rodeada de un muro o alambrado lo más alto posible.
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La siesta que se duerme con la puerta cerrada pero sin llave desapareció hace rato en Salta y Jujuy. Era un símbolo de la tranquilidad y la seguridad de este suelo norteño, pero el incremento de los hechos de violencia social revirtieron el paisaje. Hoy dormir la siesta, si es que el ritmo laboral aún lo permite, se hace con la puerta trabada, en algunos casos con una segunda puerta de hierro, las ventanas con rejas y la casa rodeada de un muro o alambrado lo más alto posible.
Los delitos de todo tipo avanzan a pasos más rápidos que las estrategias de las áreas de seguridad y que la justicia para prevenirlos o reprimirlos.
Hace diez días se reunieron jueces federales de nueve provincias del NOA y NEA en la ciudad de Orán. Después de exponer, analizar y debatir la situación de cada distrito, sacaron como conclusión que necesitan acciones concretas de todos los poderes del Estado Nacional para encarar la lucha contra el narcotráfico, la trata de personas y el contrabando. Y el pedido es urgente.
Dos datos para ilustrar la preocupación de los magistrados: la Justicia Federal de Salta y Jujuy tienen más de 30.000 causas por narcotráfico abiertas hasta 2013. Y en ambas provincias casi el 50 por ciento de los cargos de jueces y secretarios federales están vacantes.
El crimen organizado se nota cada vez más en los grandes secuestros de drogas. Seis días antes de la reunión de los jueces, en la rotonda de Limache (Salta capital) Gendarmería secuestró un cargamento de 170 ladrillos de marihuana.
Otros males
Junto al narcotráfico hay otros hechos de inseguridad que acosan a diario a salteños y jujeños.
Con el incremento de las adicciones también aumentaron los hurtos y robos de jóvenes -incluso menores de edad- que recurren a este tipo de delito para obtener dinero que les permita comprar estupefacientes.
La violencia de género aún está muy arraigada en ambos distritos, donde los casos de femicidio son recurrentes. El último caso aún sin resolver ocurrió en Guachipas, Salta, donde la joven Noelia Johana Rodríguez está desaparecida y, según testigos, habría sido asesinada.
Los motochorros, que en segundos golpean y tiran al piso a sus víctimas y arrancan un bolso, un celular o cualquier otro objeto, han proliferado. En Jujuy, esta semana dos motochorros fueron detenidos en el barrio Alto Comedero.
También el bullying -o acoso- ganó espacio en las escuelas y colegios de las dos provincias. El pasado 22 de abril un chico jujeño de 14 años fue golpeado en el colegio y debió quedar internado varios días en un hospital porque estuvo inconsciente a raíz de los fuertes golpes.
La ola de linchamientos a supuestos delincuentes también llegó a Salta y Jujuy. Esta semana, un hombre golpeó hasta dejar en el suelo a otro que intentó robarle el celular en pleno centro de la ciudad de Salta.
La policía, encargada de la seguridad ciudadana, no está exenta. Este viernes los efectivos del 911 de General Gemes fueron denunciados por “entregar” a dos chicos para que sean linchados por sus supuestas víctimas.