Por segundo día consecutivo, los manifestantes reclamaron medidas de seguridad en la zona. El pedido surgió tras la muerte de Sebastián Arteaga, quien fue asesinado el sábado último al ser apuñalado supuestamente por un miembro de un patota del lugar.
Antes de ese desenlace fatal, Arteaga intentaba defender a un vecino de los ataques de una patota.
De acuerdo con información policial, casi 20 personas participaron en la manifestación de ayer. Cansados de padecer situaciones extremas, los manifestantes quemaron gomas y pusieron piedras sobre las calles para evitar el paso de los automóviles y colectivos. Al igual que el martes, familiares y amigos de Arteaga apuntaron contra la patota conocida como "La 22".
Además clamaron por una vida vecinal tranquila, sin temores ni hechos de inseguridad.
"Pedimos justicia", rezaba un cartel. Es que, hasta el momento, el último crimen de Villa Floresta no tienen detenidos. "Es difícil luchar sola. La Policía no te da ninguna respuesta", había expresado Anahí, hermana de Arteaga el martes.
Ese día realizaron el primer bloqueo de calle, pero se apostaron en la intersección de las calles Delgadillo e Italia.
Sin más avances en el caso y ante un creciente malestar, los vecinos reclamaron políticas públicas contra los delitos que se cometen en el barrio.
En ese entonces, requerían la regularización de los terrenos, la apertura y pavimentación de calles, mejor abastecimiento de agua potable y una mayor cantidad de garrafas sociales para las familias.
A más de un mes de ese reclamo, la inseguridad los volvió a empujar a manifestarse en la vía pública.
No obstante, los problemas de infraestructura que habían expuesto, siguen sin solución ni avances significativos, afirmaron los vecinos.
inicia sesión o regístrate.
Por segundo día consecutivo, los manifestantes reclamaron medidas de seguridad en la zona. El pedido surgió tras la muerte de Sebastián Arteaga, quien fue asesinado el sábado último al ser apuñalado supuestamente por un miembro de un patota del lugar.
Antes de ese desenlace fatal, Arteaga intentaba defender a un vecino de los ataques de una patota.
De acuerdo con información policial, casi 20 personas participaron en la manifestación de ayer. Cansados de padecer situaciones extremas, los manifestantes quemaron gomas y pusieron piedras sobre las calles para evitar el paso de los automóviles y colectivos. Al igual que el martes, familiares y amigos de Arteaga apuntaron contra la patota conocida como "La 22".
Además clamaron por una vida vecinal tranquila, sin temores ni hechos de inseguridad.
"Pedimos justicia", rezaba un cartel. Es que, hasta el momento, el último crimen de Villa Floresta no tienen detenidos. "Es difícil luchar sola. La Policía no te da ninguna respuesta", había expresado Anahí, hermana de Arteaga el martes.
Ese día realizaron el primer bloqueo de calle, pero se apostaron en la intersección de las calles Delgadillo e Italia.
Sin más avances en el caso y ante un creciente malestar, los vecinos reclamaron políticas públicas contra los delitos que se cometen en el barrio.
En ese entonces, requerían la regularización de los terrenos, la apertura y pavimentación de calles, mejor abastecimiento de agua potable y una mayor cantidad de garrafas sociales para las familias.
A más de un mes de ese reclamo, la inseguridad los volvió a empujar a manifestarse en la vía pública.
No obstante, los problemas de infraestructura que habían expuesto, siguen sin solución ni avances significativos, afirmaron los vecinos.