Reservar parte del gasto ordinario y destinarlo a necesidades futuras es el espíritu del ahorro y economizar resulta imprescindible en un contexto inflacionario en el que las personas deben constituirse en consumidores más organizados o llegar sin resuello a fin de mes. Recorrer más en busca de buenos precios y ofertas, armar listas para no salirse del presupuesto y comprar con más criterio son los consejos de Lidia Soraire, presidenta de la Liga de Amas de Casa de Salta, y de la nutricionista Milagro Ramón, a quienes El Tribuno consultó acerca de qué recomiendan comer en tiempos de crisis y si es posible alimentarse saludablemente sin gastar mucho dinero.
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Reservar parte del gasto ordinario y destinarlo a necesidades futuras es el espíritu del ahorro y economizar resulta imprescindible en un contexto inflacionario en el que las personas deben constituirse en consumidores más organizados o llegar sin resuello a fin de mes. Recorrer más en busca de buenos precios y ofertas, armar listas para no salirse del presupuesto y comprar con más criterio son los consejos de Lidia Soraire, presidenta de la Liga de Amas de Casa de Salta, y de la nutricionista Milagro Ramón, a quienes El Tribuno consultó acerca de qué recomiendan comer en tiempos de crisis y si es posible alimentarse saludablemente sin gastar mucho dinero.
Para comprobarlo, El Tribuno seleccionó cuatro platos de alto nivel calórico que responden a las necesidades energéticas del organismo durante las temperaturas invernales: pastel de papas, polenta con salsa de chorizos, guiso de lentejas y guiso de fideos, y simuló adquirir sus principales ingredientes en un supermercado de la zona norte de la ciudad y en la Feria San Martín (avda. San Martín y General Paz). El resultado fue una estimable diferencia de $137,49 en favor de esta última.
El supermercado
El súper ofrece la comodidad de la mercadería financiada con tarjeta de crédito y la oferta de una gran cantidad de productos. A Josefina Paredes (42) El Tribuno la encontró comprando carne, según ella, la mercadería más conveniente para llevar. “A las ferias y a la carnicería del barrio suelo ir para buscar los cortes más económicos, y acá vengo por las ofertas, aunque también me di con grandes chascos al comprar bandejas en los mostradores”, cuenta. Lo cierto es que los bajos precios no siempre se encuentran, en especial si se trata de productos de marca, y el riesgo es terminar adquiriendo mercadería con fecha de vencimiento próxima y lejana necesidad de consumo.
La feria
El contacto entre puesteros y clientes y la venta tanto al por mayor como al menudeo; pero, sobre todo, el relajamiento de la billetera, lleva una gran afluencia de público a la feria San Martín. “Acá todo les sale más económico. Por ejemplo, el locrillo se consigue a $25 el kilo y las bolsas están fraccionadas en 300 o 400 gramos. Llevan la cantidad que desean y en los grandes comercios no podés acceder a esto”, dice don Isidro, firme en su puesto de especias y legumbres hace 25 años. “Cuando empiezan a subir los precios, como de las frutas secas, a la gente le cuesta adaptarse. Cada vez la mercadería llega con mayor incremento; pero los clientes siguen viniendo, sobre todo los sábados, cuando hay importantes descuentos”, dijo Alcira López. La puja entre grandes compradores también mueve la aguja de los precios: “El lunes pasado el tomate perita bajó de $160 el cajón a $130 porque no habían venido los paraguayos a llevárselo. Cuando hay mucho podemos venderlo a $15 los dos kilos, casi al costo”, explicó la puestera Elsa Rodríguez.
Que la oferta no vaya en contra de la calidad
La presidenta de la Liga de Amas de Casa de Salta, Lidia Soraire, advirtió que el descuento como único argumento de venta muchas veces incide en un descenso en la calidad de los productos. “Hay que hacerse respetar: si está feo no hay que comprarlo”, definió. Mientras que la Lic. Milagro Ramón sugirió al momento de la compra recorrer ferias locales o barriales, mercados de frutas y verduras. “Hay que fijarse bien porque sí se pueden obtener los mismos productos o alimentos que en los supermercados de cadenas comerciales conocidas. Sin embargo, no debemos dejar de lado los días en que ponen ofertas, ya que suelen estar muy buenas y hacer la diferencia a fin de mes cuando evaluamos el costo de los alimentos ingeridos”, expresó. Coincidió con ella Soraire, quien agregó que “hay bastante diferencia en la feria. Es una oportunidad, pero hay que comprar lo necesario, no venir con las bolsas llenas porque de paso caminás y decís: ‘Este precio no me gusta, si en la verdulería del barrio está más barato hay que ir ahí”. Por último aconsejó reemplazar la carne de vaca por otras más baratas: “Nunca hemos sufrido tanto con los precios como ahora. Hoy pagás un precio y mañana el mismo producto está 20 a 30 centavos más caro. La carne está cara en todos lados y la gente come más pollo con el que se pueden hacer empanadas, estofado y salpicón”.
“Con creatividad y ganas, podemos cocinar al menor costo posible”
MILAGRO RAMON, LICENCIADA EN NUTRICION
Claro que se puede comer saludablemente en tiempos de crisis, basta con caminar un poco más en busca del mejor precio.
Sabemos que en invierno nos gustan las comidas un poco más calóricas, calientes y, generalmente, del tipo guisados. Ello nos permite utilizar mezclas de diferentes alimentos y así permitirnos que el plato sea también muy nutritivo. Mientras más variedad de verduras de diferentes colores podamos incluir en las preparaciones, con seguridad estaremos frente a un plato rico en vitaminas, minerales y, sobre todo, rico en fibras, que suelen ser escasas en nuestro consumo diario. También los guisados, como por ejemplo el de lentejas, nos permiten mezclar legumbres (lenteja) y cereales (arroz), optimizando y mejorando la calidad proteica de la preparación. Si además a nuestras comidas regionales les incorporamos clara de huevo y queso rallado, las enriquecemos y les aumentamos el valor calórico.
Tampoco debemos olvidar que a nuestras familias no les deben faltar los lácteos. Así podemos incorporar al pastel de carne que tanto nos gusta puré de papas con leche, manteca, y hasta -si nos gusta la comida salada con dulce- combinar y adicionar azúcar al momento de servir.
El simple hecho de que preparemos guisados de diferentes variedades (con carne picada, de pollo, de fideos o de verduras) nos permite que aquellos alimentos fuentes de proteínas -que son los de mayor costo, como la carne y el huevo- puedan utilizarse en menor cantidad.
También recordemos que no solo hablamos de alimentación saludable en cuanto a la selección de nuestros alimentos, sino también son muy importantes las técnicas de cocción y elaboración a la hora de elegir una preparación. Por ejemplo, si al preparar los guisados incorporamos el aceite una vez que la hornalla se apagó, estaremos comiendo aceite crudo y, por ende, será más saludable que incorporarlo durante la cocción, ya que estaría realizándose una fritura o modificación de la grasa por calor, lo que resultaría nocivo para nuestro organismo y el de nuestros hijos también.
Para finalizar, no olvidemos que con creatividad y ganas podemos hacer en nuestra cocina platos nutritivos, agradables y, sobre todo, al menor costo posible. Entonces, a recorrer, comparar precios e incorporar una pizca de amor en todos nuestros platos.
Pastel de papa
1 kg de papa, 500 gr de carne molida (tortuguita), 100 gr de aceitunas, un pimiento rojo mediano, una cebolla mediana, una cucharada de perejil picado, tres huevos, media cucharada de pimentón dulce, sal y aceite.
Polenta con salsa
300 gr de polenta, tres chorizos, una cebolla mediana un pimiento rojo mediano, ocho tomates perita, dos dientes de ajo grandes, media cucharada de pimentón dulce, dos hojas de laurel y 100 gr de queso rallado.
Guiso de lentejas
500 gr de lentejas, una cebolla mediana, un pimiento rojo mediano, 250 gr de panceta salada,
dos chorizos colorados, media cucharada de pimentón dulce, sal y aceite.
Guiso de fideos
500 gr de fideos, una papa grande, seis tomates perita, un pimiento rojo mediano, una cebolla mediana,
500 gr de blando especial, sal y aceite a gusto.