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Escándalo: a un padre violador le dan prisión domiciliaria

Jueves, 25 de septiembre de 2014 07:06
Marcelo Alberto Girat, un suboficial de contrainteligencia de la Armada, abusó de su hija durante 4 años y por esto el Tribunal de Mar del Plata lo condenó a 14 años de prisión por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo. Sin embargo, una vez más, la Justicia volvió a sorprender negativamente y le concedió al violador la prisión domiciliaria con monitoreo satelital. La Cámara de Apelaciones y Garantías ordenó esto hasta que el fallo quede firme.
Pero eso no es todo: la víctima, Rocío Girat, de 20 años, denunció un encubrimiento por parte de la Armada porque su padre no fue dado de baja de su cargo y sigue cobrando su sueldo. La justificación es que llega al juicio oral con prisión domiciliaria. Los jueces a cargo de la sentencia fueron Eduardo Alemano, Fabián Riquert y Juan Manuel Sueyro.
La joven se mostró desconsolada
Rocío se mostró desconsolada y aseguró que esta decisión no tenía ningún tipo de justificación: "El no presentó ningún tipo de enfermedad, está con arresto domiciliario porque en el momento que es declarado culpable nos amenazó de muerte a mi mamá y a mí".
Girat no estuvo presente en el Tribunal y en su lugar estuvo su abogada defensora, Luz Alonso Proto, quien presentó un hábeas corpus a la Cámara cuando se conoció el fallo para que le den la prisión domiciliaria. Cuando se lo aceptaron, ante la impotencia Rocío rompió en llanto e invadió la sala del sexto piso, lo cual derivó en los incidentes posteriores.
Las violaciones comenzaron cuando la joven tenía 13 años y se prolongaron hasta sus 17. La denuncia fue radicada en el 2011, y quedó sentado que los abusos tuvieron lugar tanto en la casa donde vivían como en la base naval. La excusa era que Rocío iba a hacer tareas de limpieza.
La joven dio más detalles del calvario que vivió:"Mi primera violación fue a los 13. El mecanismo era decir que iba a ser mi instructor sexual para dar mi iniciación y así me violó hasta los 17. A los 16 me violó en la base naval, donde yo estaba desde las 12 de la noche hasta las 3 de la mañana. Me veía el personal y nadie decía nada. Todavía no se me acercó ningún oficial a decir: lo siento mucho".
"Mi primera violación fue a los 13. El mecanismo era decir que iba a ser mi instructor sexual para dar mi iniciación y así me violó hasta los 17. A los 16 me violó en la base naval, donde yo estaba desde las 12 de la noche hasta las 3 de la mañana. Me veía el personal y nadie decía nada. Todavía no se me acercó ningún oficial a decir: lo siento mucho".
Rocío también contó que fue torturada: "Tuve dos intentos de suicidios y fui bulímica. Una vez me ató a una silla y me quemó con una cuchara caliente". Y mostró su dolor con la sentencia: "El arresto domiciliario para mí es nada. Es culpable y sigue trabajando, no fue dado de baja de su cargo, sigue siendo militar. Es muy grave. Los abusos quedaron constatados por los mismos testigos de él que son militares. Y en la casa, por los testigos que nosotros presentamos, que recorrieron todo mi camino. Hay un psicólogo y un médico que me avalan", agregó la víctima.
Ante la indignación de que Girat no fuera removido de su cargo, Rocío se acercó ante las autoridades correspondientes pero no fue tenida en cuenta: "Nos comunicamos con (el ministro de Defensa) Agustín Rossi para que nos dé una explicación. El sigue cobrando su sueldo y lamentablemente me tuve que acercar a organizaciones porque no tuve respeto ni resguardo en ningún lado".

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Marcelo Alberto Girat, un suboficial de contrainteligencia de la Armada, abusó de su hija durante 4 años y por esto el Tribunal de Mar del Plata lo condenó a 14 años de prisión por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo. Sin embargo, una vez más, la Justicia volvió a sorprender negativamente y le concedió al violador la prisión domiciliaria con monitoreo satelital. La Cámara de Apelaciones y Garantías ordenó esto hasta que el fallo quede firme.
Pero eso no es todo: la víctima, Rocío Girat, de 20 años, denunció un encubrimiento por parte de la Armada porque su padre no fue dado de baja de su cargo y sigue cobrando su sueldo. La justificación es que llega al juicio oral con prisión domiciliaria. Los jueces a cargo de la sentencia fueron Eduardo Alemano, Fabián Riquert y Juan Manuel Sueyro.
La joven se mostró desconsolada
Rocío se mostró desconsolada y aseguró que esta decisión no tenía ningún tipo de justificación: "El no presentó ningún tipo de enfermedad, está con arresto domiciliario porque en el momento que es declarado culpable nos amenazó de muerte a mi mamá y a mí".
Girat no estuvo presente en el Tribunal y en su lugar estuvo su abogada defensora, Luz Alonso Proto, quien presentó un hábeas corpus a la Cámara cuando se conoció el fallo para que le den la prisión domiciliaria. Cuando se lo aceptaron, ante la impotencia Rocío rompió en llanto e invadió la sala del sexto piso, lo cual derivó en los incidentes posteriores.
Las violaciones comenzaron cuando la joven tenía 13 años y se prolongaron hasta sus 17. La denuncia fue radicada en el 2011, y quedó sentado que los abusos tuvieron lugar tanto en la casa donde vivían como en la base naval. La excusa era que Rocío iba a hacer tareas de limpieza.
La joven dio más detalles del calvario que vivió:"Mi primera violación fue a los 13. El mecanismo era decir que iba a ser mi instructor sexual para dar mi iniciación y así me violó hasta los 17. A los 16 me violó en la base naval, donde yo estaba desde las 12 de la noche hasta las 3 de la mañana. Me veía el personal y nadie decía nada. Todavía no se me acercó ningún oficial a decir: lo siento mucho".
"Mi primera violación fue a los 13. El mecanismo era decir que iba a ser mi instructor sexual para dar mi iniciación y así me violó hasta los 17. A los 16 me violó en la base naval, donde yo estaba desde las 12 de la noche hasta las 3 de la mañana. Me veía el personal y nadie decía nada. Todavía no se me acercó ningún oficial a decir: lo siento mucho".
Rocío también contó que fue torturada: "Tuve dos intentos de suicidios y fui bulímica. Una vez me ató a una silla y me quemó con una cuchara caliente". Y mostró su dolor con la sentencia: "El arresto domiciliario para mí es nada. Es culpable y sigue trabajando, no fue dado de baja de su cargo, sigue siendo militar. Es muy grave. Los abusos quedaron constatados por los mismos testigos de él que son militares. Y en la casa, por los testigos que nosotros presentamos, que recorrieron todo mi camino. Hay un psicólogo y un médico que me avalan", agregó la víctima.
Ante la indignación de que Girat no fuera removido de su cargo, Rocío se acercó ante las autoridades correspondientes pero no fue tenida en cuenta: "Nos comunicamos con (el ministro de Defensa) Agustín Rossi para que nos dé una explicación. El sigue cobrando su sueldo y lamentablemente me tuve que acercar a organizaciones porque no tuve respeto ni resguardo en ningún lado".

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