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Murió Riverito, un héroe que salvó numerosas vidas

Miércoles, 07 de enero de 2015 00:18
Oscar Santiago Rivero, Riverito. Corresponsalía.
La ciudad de Orán despidió con honores a Oscar Santiago Rivero, conocido como Riverito, quien se dedicó a salvar vidas como bombero voluntario, tarea que desempeñó por más de 30 años.
Falleció a los 69 años, después de luchar contra una larga enfermedad. Fue uno de los primeros bomberos voluntarios del departamento y muy querido por todos.
Su fallecimiento causó profunda tristeza en la ciudad, donde se organizó una despedida con todos los honores.
Riverito era considerado el mayor en el cuartel de Bomberos Voluntarios de Orán, no solo por su edad, sino por su profundo respeto por la vida.
Toda su vida fue bombero, desde que se fundó el cuartel el 23 de mayo de 1972.
Solamente las dolencias de salud hicieron que abandonara las tareas del cuartel en las últimas semanas. Falleció en la madrugada del 4 de enero.
"Se fue justo antes de Reyes, siempre se disfrazaba de payaso para estas fechas o para el Día del Niño, para llevarles alegría a los chicos del barrio", comentó Sergio, camarada de Riverito.
¿Quién era?
Nació en Córdoba, pero hace varias décadas se trasladó a la ciudad de Orán, donde formó su familia.
Dedicó su vida a socorrer a quienes lo necesitaban, entre las llamas de un incendio, en las aguas de los canales o de los bravos ríos de la zona.
Era de los más baqueanos para cada rescate. Sabía realizar los movimientos exactos para salvar vidas humanas, arriesgando la propia.
En muchas oportunidades rozó la muerte, pero lo hacía movido por un profundo amor al prójimo.
En el cuartel, sus compañeros lo apodaron Riverito, por ser un hombre de baja estatura y contextura física delgada.
Era actualmente el bombero de mayor edad. Se ganó el cariño y el respeto de todos en la institución y en la comunidad oranense. Llegó al escalafón de Bombero Suboficial Mayor.
Riverito es considerado uno de los verdaderos héroes de la ciudad. Sus restos fueron velados en la sede de los bomberos y trasladados al cementerio en una autobomba y con honores, al son de las sirenas.
Falleció en la pobreza
Gracias a la burocracia política, Riverito nunca logró jubilarse ni tuvo un trabajo estable.
Sobrevivía haciendo changas y trabajando de sereno. Así pudo criar a sus cuatro hijos y ayudar a sus 13 nietos.
Recibió varias distinciones, entre ellas el reconocido galardón San Ramón. Sin embargo, y a pesar de haber dado su vida al servicio de la comunidad, nunca recibió ningún tipo de ayuda social, como una jubilación por ejemplo.
La única prestación que le dio fue una pensión por discapacidad, gestionada por el concejal César Sisterna, de la que apenas llevaba cobrando el tercer mes. Murió en la pobreza, a causa de la mirada cómplice de un Estado que no reconoce la loable tarea de salvar vidas.



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La ciudad de Orán despidió con honores a Oscar Santiago Rivero, conocido como Riverito, quien se dedicó a salvar vidas como bombero voluntario, tarea que desempeñó por más de 30 años.
Falleció a los 69 años, después de luchar contra una larga enfermedad. Fue uno de los primeros bomberos voluntarios del departamento y muy querido por todos.
Su fallecimiento causó profunda tristeza en la ciudad, donde se organizó una despedida con todos los honores.
Riverito era considerado el mayor en el cuartel de Bomberos Voluntarios de Orán, no solo por su edad, sino por su profundo respeto por la vida.
Toda su vida fue bombero, desde que se fundó el cuartel el 23 de mayo de 1972.
Solamente las dolencias de salud hicieron que abandonara las tareas del cuartel en las últimas semanas. Falleció en la madrugada del 4 de enero.
"Se fue justo antes de Reyes, siempre se disfrazaba de payaso para estas fechas o para el Día del Niño, para llevarles alegría a los chicos del barrio", comentó Sergio, camarada de Riverito.
¿Quién era?
Nació en Córdoba, pero hace varias décadas se trasladó a la ciudad de Orán, donde formó su familia.
Dedicó su vida a socorrer a quienes lo necesitaban, entre las llamas de un incendio, en las aguas de los canales o de los bravos ríos de la zona.
Era de los más baqueanos para cada rescate. Sabía realizar los movimientos exactos para salvar vidas humanas, arriesgando la propia.
En muchas oportunidades rozó la muerte, pero lo hacía movido por un profundo amor al prójimo.
En el cuartel, sus compañeros lo apodaron Riverito, por ser un hombre de baja estatura y contextura física delgada.
Era actualmente el bombero de mayor edad. Se ganó el cariño y el respeto de todos en la institución y en la comunidad oranense. Llegó al escalafón de Bombero Suboficial Mayor.
Riverito es considerado uno de los verdaderos héroes de la ciudad. Sus restos fueron velados en la sede de los bomberos y trasladados al cementerio en una autobomba y con honores, al son de las sirenas.
Falleció en la pobreza
Gracias a la burocracia política, Riverito nunca logró jubilarse ni tuvo un trabajo estable.
Sobrevivía haciendo changas y trabajando de sereno. Así pudo criar a sus cuatro hijos y ayudar a sus 13 nietos.
Recibió varias distinciones, entre ellas el reconocido galardón San Ramón. Sin embargo, y a pesar de haber dado su vida al servicio de la comunidad, nunca recibió ningún tipo de ayuda social, como una jubilación por ejemplo.
La única prestación que le dio fue una pensión por discapacidad, gestionada por el concejal César Sisterna, de la que apenas llevaba cobrando el tercer mes. Murió en la pobreza, a causa de la mirada cómplice de un Estado que no reconoce la loable tarea de salvar vidas.



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