El 17 de junio, mientras los salteños homenajeaban al héroe gaucho, Alfonso Camacho y Rodrigo Miranda terminaban de prepararse para viajar al viejo continente. Los jóvenes, de 18 y 17 años, fueron elegidos para representar a Salta en un encuentro de Chicos por un Mundo Unido que se realizará durante un mes en Loppiano, una localidad cercana a Florencia.
inicia sesión o regístrate.
El 17 de junio, mientras los salteños homenajeaban al héroe gaucho, Alfonso Camacho y Rodrigo Miranda terminaban de prepararse para viajar al viejo continente. Los jóvenes, de 18 y 17 años, fueron elegidos para representar a Salta en un encuentro de Chicos por un Mundo Unido que se realizará durante un mes en Loppiano, una localidad cercana a Florencia.
Chicos por un Mundo Unido es una iniciativa que forma parte del movimiento de los Focolares, que cuenta con más de 150.000 miembros en 146 países y que tiene sede en Salta. Son jóvenes de razas, lenguas, culturas y religiones diversas, incluso ateos, que quieren vivir por un mundo mejor.
Alfonso y Rodrigo forman parte de los Focolares y el año pasado participaron del primer encuentro a nivel mundial. 600 jóvenes de 24 países se juntaron en la Mariápolis Lía, una ciudadela del movimiento de los Focolares, cerca de O'Higgins, en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, el idioma no fue una barrera. "Hablábamos con gestos. Te saludaban de maneras diferentes, pero sabías que era un saludo. Aprendí que se puede hacer un mundo unido, no importa de dónde seas", contó Alfonso Camacho en diálogo con El Tribuno. "Hicimos una experiencia muy hermosa. Ahora seguimos en el camino de construir un camino unido. Voy a Roma a conocer más del movimiento, de dónde proviene y cómo es la realidad de ahí".
Alfonso conoció a Rodrigo y al movimiento de los Focolares cuando se presentaron en el Centro de Actividades Juveniles (CAJ) de Yacuy el año pasado. Él vive con su familia en esta comunidad guaraní del departamento San Martín, al norte de la provincia de Salta, sobre la ruta nacional 34.
Amado Soria llevaba adelante el CAJ de Yacuy el año pasado. Cuando pensaba qué chico podía ir como representante a O'Higgins les propuso investigar sobre su propia comunidad. "Amado dijo que había posibilidades de que uno conociera Buenos Aires. Tenía que investigar sobre mi comunidad y presenté 15 hojas. Me esforcé mucho porque quería viajar. Así me gané el viaje y comenzó la gran aventura que el movimiento me dio", comentó Alfonso entusiasmado.
"Mi familia me contó cómo eran mis abuelos, cómo surgió la guerra de Bolivia contra Paraguay, cómo se formó nuestra comunidad", relató. Cuando su papá supo del viaje, fue a Bolivia y consiguió un diccionario guaraní; Alfonso estuvo profundizando la lengua, porque si bien se habla mucho guaraní en la comunidad, las nuevas generaciones lo están perdiendo. "En el diccionario hay palabras que algunos en la comunidad no saben y las fui aprendiendo", contó orgulloso.
Luego del encuentro en la Mariápolis de O'Higgins, un grupo de jóvenes de Milán fue a la comunidad de Alfonso, a Yacuy, y ayudaron a pintar la salita y la biblioteca. Lo vieron tan motivado que hicieron un montón de acciones para juntar el dinero para que fuera al encuentro de este año en Loppiano. "Nos invitaron porque les interesa la lengua guaraní y porque quieren conocer más sobre mi comunidad. Voy a demostrar lo que mi pueblo tiene, de dónde vengo, cómo es la realidad de mi comunidad", comentó.
Jóvenes soñadores
Alfonso Camacho asiste a la escuela E.ME.TA. en la comunidad de Yacuy. Su sueño es empezar a estudiar agronomía en Salta el año que viene. "Mi sueño es ayudar a mi comunidad y verla crecer; hacerla reconocer y ser alguien en mi comunidad. Con los Focolares en poco tiempo pintamos la salita y la biblioteca, más adelante podemos hacer grandes cosas, una calle, por ejemplo".
Después del viaje Alfonso espera tener más conocimientos sobre cómo es el mundo y cómo viven la realidad otras personas. Es la primera vez que viaja en avión. "Tengo muchas ganas de viajar, yo soy el que va siempre adelante, no tengo miedo de nada", sentenció.
Rodrigo Miranda tiene 17 años y asiste al colegio Nº 5048 Juana Manuela Gorriti de la ciudad de Salta. Forma parte del movimiento de los Focolares desde que nació por su familia. "Somos chicos y chicas que buscan sobre todo la fraternidad universal", comentó a El Tribuno. Con este viaje espera volver a ver a los amigos que conoció el año pasado. "Quiero que me llene de alegría y que me ayude a crecer más como persona; que me haga fuerte para superar todas las barreras", manifestó.
Todavía no decidió una profesión, pero le gustaría trabajar, estudiar y formar una familia. "Mi sueño es volver a ver a mis padres, que me acompañen en este viaje tan importante que voy a hacer. Que estén ahí cuando comience y termine una de las etapas más importantes de mi vida como adolescente que es salir del secundario y comenzar mi vida laboral o universitaria", contó emocionado.